Un comercio francés con una máquina de venta de granizados en su exterior y la puerta abiertaAFP

Los granizados de colores en el punto de mira, ¿son peligrosos para los niños?

Los menores de cuatro años podrían intoxicarse por el glicerol

Los granizados de colores son bebidas atractivas que muchos padres ofrecen a sus hijos sin ser conscientes de poner a sus pequeños en peligro. Sin embargo, en lo últimos meses, al menos dos menores han sido hospitalizados en Reino Unido al borde de la muerte tras consumir uno de estos 'refrescos'. El culpable de estas intoxicaciones lo tiene el glicerol por lo que la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido ha recomendado, por precaución que los menores de 10 años no las consuman. La FSA explica que «los niños menores de esta edad pueden sufrir dolores de cabeza y enfermedades causadas por la exposición al glicerol».

En niveles de exposición muy altos, normalmente cuando un niño consume varios de estos productos en un corto espacio de tiempo, la intoxicación por glicerol podría provocar shock, hipoglucemia y pérdida del conocimiento.

El jefe de aditivos de la FSA, Adam Hardgrave, explica en un comunicado: «Si bien los síntomas de la intoxicación por glicerol suelen ser leves, es importante que los padres sean conscientes de los riesgos, especialmente en niveles elevados de consumo. Es probable que no se notifiquen las intoxicaciones por glicerol, ya que los padres pueden atribuir las náuseas y los dolores de cabeza a otros factores».

Qué es el glicerol

El glicerol le da a la bebida el efecto granizado evitando que las bebidas heladas se congelen, además sirve como sustituto del azúcar. Si bien es ligeramente tóxico para los humanos, la cantidad que normalmente contienen los granizados es tan pequeña que su consumo regular representa poco peligro para los adultos y los niños mayores. Se considera que es poco probable que los mayores de cuatro años sufran efectos nocivos por beber una bebida granizada. Esto se debe a que los efectos del glicerol están relacionados con el peso corporal.

La evaluación de riesgos de la FSA consideró el peor escenario de exposición en el que un niño consumiera 350 ml de una bebida granizada que contenía el nivel más alto de glicerol utilizado (50.000 mg/L) y lo comparó con un umbral por encima del cual podrían ocurrir efectos adversos. Los niños de cuatro años o menos superarían este umbral por lo que nunca deberían consumir un granizado de este tipo.