Alimentos cargados de prebióticos que protegen de la inflamación intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal agota el ecosistema microbiano lo que provoca inflación y disfunción metabólica
Un creciente conjunto de investigaciones sugiere que la manipulación de las bacterias intestinales puede ofrecer un enfoque prometedor para controlar la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), una afección crónica y debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Las afecciones intestinales como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la enfermedad inflamatoria intestinal no clasificada, se caracterizan por una inflamación crónica del tracto digestivo. Los tratamientos convencionales tienen como objetivo controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Sin embargo, a menudo tienen una eficacia limitada y pueden tener efectos secundarios.
En esta nueva investigación, los científicos han explorado como estrategia terapéutica el potencial de los prebióticos, fibras dietéticas que nutren las bacterias intestinales beneficiosas. Los estudios han demostrado que un microbioma intestinal sano desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud intestinal y las alteraciones en esta comunidad bacteriana están asociadas con las enfermedades mencionadas.
Los investigadores creen que promover el crecimiento de bacterias beneficiosas a través de prebióticos puede restablecer el equilibrio intestinal y aliviar los síntomas de la EII.
Alimentos con prebióticos
La revisión destaca el potencial terapéutico de varios prebióticos derivados de diferentes fuentes alimenticias, que incluyen:
- β-fructanos: que se encuentran en la raíz de achicoria, el ajo y los plátanos.
- Galactooligosacáridos (GOS), que se encuentran en legumbres como las lentejas y los garbanzos.
- β-glucanos, presente en la avena, los champiñones y la levadura.
- Xilooligosacáridos (XOS), derivados de la caña de azúcar, la mazorca de maíz y la cáscara de arroz.
- Pectina, que está en los cítricos y otras frutas y verduras.
- Almidón resistente (RS), que se encuentra en plátanos verdes, patatas y almidones de maíz con alto contenido de amilosa.
- Glucomanano (GM) presente en la raíz de konjac.
Los estudios preclínicos en modelos animales de colitis han resultado prometedores para prebióticos seleccionados a la hora de reducir la inflamación, mejorar la función de la barrera intestinal y promover el crecimiento de bacterias beneficiosas. Sin embargo, es importante señalar que estos modelos animales demuestran que la producción de subproductos de la fermentación de la fibra, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), suele asociarse con estos efectos beneficiosos y que los AGCC suelen reducirse en pacientes con EII.
Por lo tanto, si bien algunos estudios clínicos han arrojado resultados positivos, varios estudios importantes han destacado recientemente los efectos perjudiciales en pacientes seleccionados, especialmente aquellos cuya microbiota intestinal está alterada y no pueden utilizar adecuadamente estas fibras prebióticas. Estos estudios destacan las respuestas personalizadas a diferentes prebióticos y demuestran la necesidad de realizar más investigaciones para determinar los prebióticos más eficaces y sus dosis óptimas para el tratamiento de la EII en humanos.
Este enfoque es muy prometedor para mejorar la vida de los pacientes con EII. Al aprovechar el poder de las bacterias intestinales, los investigadores están allanando el camino para una nueva generación de tratamientos dirigidos a la causa fundamental de la enfermedad.