Jerónimo Ors: «Es una locura que las niñas usen retinol o productos antienvejecimiento»

El farmacéutico explica, en una entrevista a El Debate, cómo proteger la piel o evitar la flacidez

Ya en el antiguo Egipto la cosmética formaba parte de los rituales diarios con una triple función: higiénica, eutrófica –mantener las funciones de la piel–, y estética. Si bien, ha sido en los últimos años cuando más ha evolucionado el concepto de cuidado de la piel con productos, muchos de ellos naturales.

El farmacéutico Jerónimo Ors, director de la firma Cosméticos Paquita Ors y experto en el cuidado de la piel, explica cómo cuidar el único órgano del cuerpo que está completamente abierto al exterior por lo que requiere unos cuidados especiales, principalmente a medida que se van cumpliendo años.

–¿A qué edad aconseja empezar a cuidarse la piel?

–A cualquier edad. Desde bebés a ancianos hay que usar foto protector solar. Si de adolescente se tiene tendencia al acné habrá que usar cremas para estabilizar las hormonas, quitar el exceso de grasa y aumentar las defensas. Son cremas muy específicas para pieles jóvenes.

Los tratamientos como tal tienen que empezar a partir de los 25 años. A esa edad la piel empieza a envejecer y sí que hay que aplicarle ciertos productos. Al principio serán muy suaves, muy sencillos para mantenga una capa de hidratación.

Si tenemos una piel sensible y vivimos en una gran ciudad, tendremos que usar cremas detox que ayuden a quitar toda la suciedad y todas las toxinas. Si, por ejemplo tenemos un trabajo muy estresante habría que recomendar cremas calmantes con mimosa, con avena, con sustancias vegetales que tranquilizan la piel por que el estrés acelera la piel, produce 'estrés oxidativo' que da lugar a una serie de problemas que cada vez son más complicados. Hay que saber cuándo tranquilizar la piel y cuándo estimularla al igual que sabes cuando tomarte un café o una tila.

–¿Cuándo hay que empezar a usar cremas anti edad?

–Depende del tipo de piel y de cada persona. Si uno tiene una piel grasa, fuerte, morena va a aguantar muchísimo mejor el paso de los años. Si, por el contrario, la piel es muy fina y blanca, envejecerá antes.

En ciudades grandes hay que empezar a cuidarse desde muy temprano por el aumento de la temperatura y la disminución de la humedad. Madrid, al igual que otras ciudades, se han vuelto muy secas. En verano tenemos la misma humedad que en el desierto del Sahara y para la piel, el órgano con más agua del cuerpo humano, esa falta de humedad produce deshidratación.

Pero además, cada persona tiene su piel y depende de su circunstancia. No es lo mismo ser una persona estresada, trabajar en un taxi o vivir en el campo.

Jerónimo Ors en un momento de la entrevistaPaula Argüelles

–Y en el caso del maquillaje, ¿a qué edad se puede empezar?

–No pasa nada que un día, para una fiesta una adolescente se quiera maquillar. El problema es que se convierta en algo rutinario por las inseguridades propias de la edad. Eso ya no es bueno.

–El uso de productos de belleza se ha puesto de moda entre niñas y adolescentes, ¿qué opina que se empiece a edades tan tempranas?

–Las redes sociales han puesto de moda entre los adolescentes el uso de una serie de productos que ni están indicados para sus edades ni les va a hacer ningún bien. Yo trato la piel de muchos adolescente por la tendencia al acné, un problema que cada vez aparece a edades más tempranas. ¿Qué ocurre? Que influidos por las redes sociales empiezan a abusar de los productos cosméticos para adultos.

La piel adolescente es una piel que no tiene todavía todas las defensas, normalmente es demasiado grasa y encima no elimina todas las toxinas.

Es una completa locura estas niñas o niños usen retinol o productos anti-envejecimiento que lo que van a provocar es hiper acelerar una piel que es muy sensible y puede dar lugar a distintos problemas como la dermatitis. Los padres, las perfumerías, los profesionales tenemos que convencer a los adolescentes de que no tienen que usar estos productos. Igual que nos parece una locura que un niño de 12 años vaya al gimnasio a hacer pesas tampoco podemos dejar que un niño use una potente crema antiarrugas.

–¿Cómo usar el ácido hialurónico? ¿Para qué sirve?

–El ácido hialurónico es una sustancia maravillosa que tiene muchas funciones. Debajo de la piel hay una estructura que nos da ese toque mullido. Eso, que se llama la matriz extracelular está formada por ácido hialurónico y otras sustancias que tienen esa capacidad, como si fuera una esponja de absorber agua y de embeberla. Esa gran reserva de agua del organismo se pierde con los años.

El sol, por ejemplo es enormemente destructivo. Aquellas personas de más de 50 años que han tomado mucho el sol se quedan sin ácido hialurónico y aparece esa piel hundida, envejecida, que hoy en día afortunadamente conseguimos revertir gracias a que sabemos cómo fabricar nuevo ácido hialurónico. Hay que explicar que todo el tiempo se crea nuevo ácido hialurónico y se destruye el viejo. Tenemos unas encimas que se llaman hialuronidasa, que como los obreros van destruyendo los edificios viejos y tenemos las células que fabrican nuevo ácido hialurónico. Es un equilibrio que si todo va bien se mantiene.

–¿Qué podemos hacer cuando no estamos fabricando la cantidad adecuada?

–Se pueden usar cremas con ácido hialurónico o inyectar el ácido hialurónico. Yo me decanto siempre por las cremas porque el ácido hialurónico inyectado en exceso puede crear un problema de absorción y dar un aspecto extraño.

Dentro del ácido hialurónico hay de alto peso molecular y de bajo peso molecular. El de bajo peso molecular es el que mejor se absorbe por la piel y tiene un efecto antiinflamatorio que es muy interesante, por ejemplo en la cosmética oncológica donde la medicación genera problemas cutáneos.

Luego tenemos el ácido hialurónico de largo peso molecular, que es una molécula muy grande que tiene más un efecto de hidratación. Hacemos como una capa de protección para que la piel no se deshidrate.

–¿Así se combate la flacidez?

–La flacidez es un problema más complejo porque debajo de la piel, aparte de ácido hialurónico y otras sustancias, tenemos unas 'vigas elásticas' que mantienen la estrutura. Para entendernos, sería como el hormigón y las vigas de acero de un edificio. En las vigas de acero no puedes vivir pero sin las vigas de acero el hormigón se hunde. Para no tener flacidez, necesitamos que esas vigas elásticas que tenemos de colágeno, de elastina y de otra serie de sustancias se mantengan en forma. El sol también las destruye y si nuestros fibrocitos no funcionan bien, empezamos a perder elasticidad a toda velocidad.

Las plantas con centella asiática hacen que la piel mantenga un ritmo estable y envejezca mucho mejor

El sol es terrible. Hay una cosa que se llama elastosis actínica, que se produce en aquellas personas que han tomado muchísimo el sol y que de pronto tienen unas arrugas profundas verticales.

La flacidez es una mezcla de conseguir que nuestras vigas elásticas funcionen, de tener la matriz extracelular en perfecto estado y muy importante la circulación. El cuerpo es una máquina diseñada para estar en movimiento. Si no nos movemos, la circulación de retorno no funciona y nos llenamos de líquido. Esto hace que aparezcan bolsas de ojos, celulitis o flacidez por la cantidad de líquido que retenemos. Hay un consejo barato, sencillo y sano: hay que moverse.

–Qué recomienda para las pieles secas

–Nuestra piel tiene una capa de protección grasa con una serie de sustancias que mantienen unidas las células. Como una pared tiene ladrillos y cemento, hay una serie de sustancias como, por ejemplo, el aceite de cacao y la manteca de karité, el aceite de argán o el de rosa mosqueta que ayudan a que formemos un buen cemento y que nuestras células estén protegidas, cuidadas y se mantengan unidas.

Entrevista a Jerónimo Ors, farmacéutico y director de la firma de cosmética botánica Cosméticos Paquita OrsPaula Argüelles

–Denos algún truco para conseguir llegar a los 70 años con una piel bonita

– Lo primero no tomar el sol o hacerlo con protección, eso es fundamental. En segundo lugar, usar cremas que mantengan el ritmo de la piel en marcha. La piel es como el corazón, tiene un ritmo. Si va demasiado deprisa, es malo. Si va demasiado despacio, también. Hay una serie de plantas, como la centella asiática que ayudan a mantener un ritmo estable de renovación de la piel. Esto se nota mucho en las personas que les dan quimioterapia, que la piel se queda sin ritmo y hay que ayudarles.