La fruta que nunca debería formar parte del desayuno
Comer alimentos bajos en fructosa y ricos en nutrientes proporciona un desayuno equilibrado
Tanto la OMS como la FAO recomiendan un consumo mínimo de 400 g de frutas y verduras al día para combatir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles. Una de las frutas más populares, de textura agradable y fuente de fibra, potasio, vitamina B6 e inulina, además de fácil de pelar, es el plátano, alimento cargado de magnesio y que aporta cantidades significativas de potasio.
Sin embargo, esta fruta, repleta de numerosas vitaminas y minerales tiene altos niveles de fructosa que no se digieren fácilmente, por lo que los expertos no recomiendan desayunar solo un plátano.
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Según los nutricionistas de Medical Darpan, un plátano ofrece una dosis de energía instantánea que puede durar un par de horas. Pasado ese tiempo, y debido al aumento de los niveles de azúcar en la sangre, se puede sentir falto de energías y tener un efecto rebote. Es por este motivo que diferentes estudios sugieren complementar el desayuno con otros ingredientes como almendras, nueces, avena o frutas.
El experto en nutrición, el Dr. Daryl Gioffre, explica que, aunque un plátano parece el desayuno perfecto, lo cierto es que contiene un 25 % de azúcar y es moderadamente ácido: «Te dará un empujón rápido, pero pronto estarás cansado y volverás a tener hambre» y añade: «Debido a que los plátanos son ácidos, hay que neutralizar el ácido para obtener los beneficios del potasio, la fibra y el magnesio sin el subidón de azúcar».
Comer alimentos bajos en fructosa y ricos en nutrientes como avena o pan integral en combinación con otras frutas puede proporcionar un desayuno más equilibrado.