Los psicólogos explican por qué gustan tanto las series de crímenes reales

¿Quién no ha visto El caso Asunta o El crimen de la Guardia Urbana? El género de crímenes reales ha capturado el interés de la gente por diversas razones psicológicas y socioculturales. Profesionales de la psicología de Psicopartner, ofrecen varios conceptos y teorías que exploran cómo y por qué los humanos se sienten atraídos por este género tan popular entre hombres y mujeres.

Los humanos tenemos una curiosidad natural sobre el comportamiento humano, especialmente cuando se desvía de lo normal. Los crímenes, en particular los violentos o inexplicables, representan una desviación extrema del comportamiento social aceptable, lo que despierta un interés lógico y natural en entender las motivaciones y circunstancias que llevan a tales actos.

Consumir contenido de true crime puede servir como una forma de catarsis, permitiéndonos experimentar y procesar emociones intensas como el miedo, la ira o la tristeza de una manera controlada y segura, en la historia de otros. Esto puede ayudar a liberar tensiones y a lidiar con emociones reprimidas.

Según esta teoría, las personas aprenden comportamientos y actitudes observando a los demás. Al ver cómo se resuelven los casos de crímenes y cómo se lleva a los culpables ante la justicia, los espectadores pueden reforzar sus propias creencias sobre la moralidad, la justicia, las convenciones sobre las que viven y las consecuencias de los actos ilegales.

Explorar este tipo de historias puede dar a las personas una falsa sensación de control sobre la incertidumbre, que nos abraza a todos. Al conocer los detalles de los crímenes reales, podemos sentir que estamos tomando medidas para protegernos a nosotros mismos y a nuestros allegados.

Exponerse repetidamente a historias de crímenes reales puede llevar a una desensibilización parcial, permitiéndonos manejar mejor el estrés y el miedo reales. Esto puede ser una forma de mejorar el afrontamiento y de reducir la ansiedad sobre los peligros que pudieran existir o no.

Estas historias a menudo plantean cuestiones morales y éticas complejas. Los espectadores nos sentimos atraídos por estos dilemas y podemos disfrutar explorando las implicaciones de los crímenes, así como la respuesta de la sociedad y del sistema de justicia.

Desde una perspectiva emocional e ideológica, las personas podemos sentir una profunda empatía hacia las víctimas y sus familias, podernos en su lugar. Esta empatía puede motivar un interés en aprender más sobre los casos y apoyar a las víctimas, directa o indirectamente.

Cuando tenemos frente a nosotros una historia o suceso suficientemente chocante, es muy probable que nos haga olvidar por un rato, al menos lo que dure el capítulo, nuestros problemas.