Curro Cañete: «Una mente mal entrenada puede encontrar motivos para hacerte infeliz»

Deportistas, artistas y profesionales de muy distintos sectores han confiado en Curro Cañete, escritor y coach profesional –además de licenciado en Derecho, Periodismo y titulado por la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid– para ayudarles a creer en sí mismas, vencer sus miedos y aumentar su éxito y su felicidad. Autor de best sellers como El poder de confiar en ti –traducido a diez idiomas–; Ahora te toca ser feliz o No tengas miedo a nada, ahora presenta El amor comienza en ti donde comparte su programa práctico de autoestima para aumentar el amor por uno mismo mientras se disfruta de la vida.

–¿Qué pasa si no nos amamos a nosotros mismos?

–Si no nos amamos a nosotros mismos no podremos ser felices, no podremos sentirnos realizados ni encontrar el sentido de la vida. Porque cuando tú no te amas a ti mismo, es como si fueras tu enemigo. En lugar de estar a tu favor, estás en tu contra y esto es una trampa de tu mente, de la que a lo mejor no eres consciente, porque algunas personas no son conscientes de que ahí está su problema. Al hacerte consciente (el primer capítulo del libro) es cuando tú puedes tomar las riendas de tu vida y decidir recorrer tu viaje, recorrer tu camino siendo tu mejor amigo o amiga en el éxito y en el fracaso, en la salud y en la enfermedad y en todos los aspectos de tu vida. Tienes que ser tu mejor amigo.

–Aquí entra la aceptación. ¿Necesitamos aceptarnos?

–Claro, si esperamos para amarnos a no tener ningún tipo de problema, entonces no nos vamos a querer nunca porque siempre va a haber cosas que solucionar y siempre vamos a cometer errores y siempre vamos a tener «defectos». Necesitamos querernos incondicionalmente, lo cual no significa que no podamos seguir mejorando.

–En el libro afirmas que para amar a los demás primero hay que amarse a uno mismo. ¿No puede sonar un poco egocéntrico?

–No, las personas que se aman de verdad son personas muy humildes, y que sienten un gran respeto por todos los demás seres humanos. Y no solo eso, también por la naturaleza, por la tierra, por los seres vivos. Estas personas han alcanzado lo que es una sabiduría. Hasta llegar a ese punto culmen hay muchas escalas. Pero las persona egoísta y narcisistas están muy desviadas. Se creen más que los otros, se ríen, juzgan y eso no es lo que estamos hablando con el verdadero amor a uno mismo.

–En El amor comienza en ti planteas la pregunta de por qué debemos entrenar el cerebro en positivo

–Tenemos que entrenar el cerebro al igual que hacemos con el cuerpo. Hay que hacer gimnasia mental, tomar el mando de nuestra mente para enfocarla de manera consciente en lo que nosotros queremos, porque si no, si ponemos nuestra mente en piloto automático, nos puede llevar a la negatividad, a la destrucción, a la apatía. Una mente maleducada, no entrenada siempre puede encontrar razones para hacerte infeliz. No importa que hayas tenido hijos, que tengas una buena relación, que tengas la casa que te guste, no importa que tengas el trabajo que amas, que si la mente está mal educada y mal entrenada, puede encontrar motivos para hacerte infeliz cada día. Y eso es lo que tenemos que impedir.

–¿Podemos convencer a alguien de que es maravilloso?

–Ese es mi trabajo. No significa que siempre lo consiga. Cuando lo logro mi corazón se llena de amor, de alegría, de agradecimiento. Mi último objetivo es llegar al alma de un lector o lectora y conseguir que esa persona se transforme por dentro y empiece a amarse de verdad y sane sus heridas. Unas veces lo consigo y otras veces no.

–¿Qué opinas de la frase 'perdono, pero no olvido'?

–Creo que está bien perdonar y no sé si olvidar, pero sí anclarse en el presente. Cuando estás anclado en el presente no piensas en el pasado. Lo que yo quiero que consigan los lectores es que piensen en el pasado lo menos posible. Y cuando piensen en el pasado sea por un motivo o para encontrar respuestas. Estamos hablando de recordar momentos bonitos que te hacen sentir bien como ese viaje que hiciste con unas amigas y te sirve para reírte un rato. También puedes pensar en el pasado porque te preguntas qué hiciste mal en esta relación amorosa y que podrías hacer ahora mejor. Pero para volver al pasado tiene que haber un para qué. Una vez que tengas respuestas lo mejor es abrirse al presente y a los regalos que ahora te da la vida.

–Hablando del amor, ¿qué pasa cuando ese amor te causa sufrimiento y te resta autoestima? ¿Qué debemos hacer?

–Terminarlo. La vida es muy corta. No te digo que te despierte un día que hayas tenido una pelea y digas 'voy a dejarlo'. La decisión es cuando interiormente la persona sabe que esa relación es tóxica, que ya han intentado muchas cosas y sigue siendo tóxica, que esa persona no le quiere de verdad, que no están consiguiendo ser felices y que le quita la energía. Llegado a ese punto hay que tomar una decisión definitiva. Hay quien no se atreve por miedo a la soledad, por un falso apego, pero es bueno tomar la decisión y solo la podrán tomar cuando entiendan que la vida es corta y que hay mucha felicidad por experimentar y muchas personas por conocer.

–En el libro pones tres reglas mágicas: Aprender a decir que no. Librarse de la presión del que dirán y dejar de compararse. ¿Por qué son tan importantes?

–Son muy importantes porque pueden castrar tu felicidad y impedir hacer tu propia vida. El objetivo último es que cada persona logre realizarse como ser humano, no solo sobrevivir e ir apagando fuegos. El objetivo es lograr gozar de la vida y que la vida tenga un sentido profundo para la persona. Para llegar a eso se necesita conseguir esas tres cosas: si te estás comparando con los demás, si no te atreves a hacer lo que tú quieres por miedo al qué dirán y si no te atreves a poner límites y vas a estar diciendo sí cuando realmente no quieres hacer algo, no se encontrará el sentido a la vida.

–Llegamos al capítulo Vivir es volar. Aquí hemos aprendido a vivir realmente. ¿Podemos tener recaídas, pero tener las herramientas para salir adelante?

Sí, es importante que nos demos cuenta de que una caída puede hacernos de trampolín para avanzar. Podríamos imaginar que estamos surfeando una ola, si te caes tienes que subir otra vez. Hasta que lo vuelves a conseguir puedes tener una pataleta y quejarte, pero es importante que tomes otra vez el mando de tu vida y saber que puedes lograrlo.