Un experto explica por qué dormir poco afecta al sistema inmunitario y altera tus hormonas
David Baeza Moyano, profesor de Óptica de la Universidad CEU San Pablo, expone la relación entre la luz, el sueño y el sistema inmunitario
«Dormir es un proceso biológico no negociable requerido para la vida humana. Nuestra necesidad de dormir es tan importante como el aire, la comida y el agua»
En un artículo anterior se explicó la importancia de una correcta recepción de luz natural e iluminación interior. Las consecuencias de recibir luz de manera inadecuada diariamente pueden dar lugar a la cronodisrupción o alteración de nuestros ciclos circadianos. Uno de los efectos negativos consecuencia de este desequilibrio, es la alteración o pérdida de calidad del sueño.
Desde que los seres humanos iluminamos las noches se han producido significativos cambios en nuestra forma de dormir. O, mejor dicho, de vivir la noche. El paso de un sueño bifásico con un período entresueños con una duración total cercana a las doce horas a un solo período de sueño continuado que dura normalmente entre siete u ocho horas .
Investigaciones recientes señalan una posible relación de la calidad de nuestro sueño con el comportamiento de nuestro sistema inmunológico y su posible influencia la efectividad de las vacunas y de los tratamientos farmacológicos.
Un sueño insuficiente y con interrupciones afecta negativamente en dichos procesos, provocando una disminución de nuestras defensas
El sueño promueve la producción de citoquinas y la migración y adhesión de las células T, cuya función es la de proteger al cuerpo humano de las infecciones. Un sueño insuficiente y con interrupciones afecta negativamente en dichos procesos, provocando una disminución de nuestras defensas y una respuesta inadecuada ante el ataque de agentes patógenos.
Así influye en las hormonas
También influye en la secreción hormonal. Durante el sueño, por un lado, tiene lugar a una disminución de la concentración de cortisol, adrenalina y las prostaglandinas mientras por otro, da lugar a un incremento de la aldosterona y la prolactina. Un sueño inadecuado descompensará las concentraciones de dichas hormonas durante el día y durante la noche, afectando negativamente sobre nuestra salud.
Un sueño de mala calidad da lugar a una disminución de los procesos inflamatorios. Este hecho aparentemente puede parecer positivo, pero realmente no lo es. Si sucede, nuestro sistema inmunitario no considera la gravedad de una situación en nuestro organismo al disminuir dicha inflamación.
Hay una mayor efectividad en antibióticos aplicados a niños, al tener una mejor respuesta inmune, cuanto mayor es la calidad de su sueño. Incluso una noche sin dormir, reduce la función inmune.
Se ha encontrado una asociación de un sueño insuficiente con infecciones respiratorias en adultos, un agravamiento de los síntomas de pacientes con COVID y con la mortalidad mediada por marcadores de la inflamación en personas mayores.
La cronobiología y el resto de las ciencias que estudian de manera directa o indirecta el sueño, tienen muchas cuestiones que intentar resolver como cuanto se necesita dormir para las necesidades de nuestro sistema inmunitario o cuanto y como influyen las diferencias individuales.
- Dr. David Baeza Moyano es profesor de Fotobiología de la Universidad CEU San Pablo