'Lentillas pijama' para el control de la miopía
La profesora Esther Mª Mármol Errasti explica cómo funcionan estas lentes que se utilizan por la noche y se retiran por la mañana
Se estima que para el año 2050 la mitad de la población mundial será miope. El gran aumento de la incidencia de la miopía y su rápida evolución son una fuente de preocupación para los profesionales de la salud visual. Los factores que desencadenan la aparición y progresión de la miopía son fundamentalmente: la raza, la herencia genética y las condiciones ambientales. Se sabe que realizar actividades al aire libre y la exposición a la luz solar constituyen un factor de protección. Sin embargo, cada vez más, los hábitos de vida nos llevan a sustituir estas actividades por muchas horas mirando pantallas a distancias de cerca, lo que parece estar relacionado con la progresión miópica.
Cuando se padece una miopía baja, no suele haber complicaciones patológicas asociadas, por lo que el problema visual se reduce al desenfoque en visión de lejos y al inconveniente que pueda suponer tener que depender de gafas o lentes de contacto. Sin embargo, cuando la miopía avanza, el ojo va creciendo y se va haciendo cada vez más vulnerable. Esto se puede entender fácilmente si imaginamos un globo que se infla demasiado, cada vez es más largo pero su pared es más débil y se puede romper fácilmente, algo parecido ocurre en la retina de un ojo que crece demasiado. Cuando la miopía supera las 6 dioptrías, las posibilidades de padecer complicaciones tales como desprendimiento de retina, glaucoma y catarata son mucho mayores. De lo anterior, se deduce la importancia de controlar el aumento de la miopía. Una vez que ésta aparece es irreversible, pero debemos intentar frenarla para evitar que llegue a ser alta y se desarrollen enfermedades oculares.
Una de las formas más efectivas de impedir el aumento de graduación es mediante una técnica con lentes de contacto llamada Ortoqueratología o coloquialmente 'lentillas pijama'. Este tratamiento, llevado a cabo por Ópticos-Optometristas, consiste en la adaptación de unas lentes de contacto, rígidas permeables al oxígeno, que se utilizan por la noche y se retiran por la mañana. Durante el tiempo de uso, las lentes producen un moldeo de la córnea que tiene dos efectos:
1. Inhibe los factores relacionados con el crecimiento del ojo, de tal manera que logra frenar parcial o totalmente, según los casos, el avance de la miopía.
2. Compensa la graduación, por ello, en el momento en el que el paciente se quite las lentes de contacto por la mañana, estará viendo bien durante todo el día sin necesidad de gafas o lentillas, aunque debe volver a colocárselas por la noche porque el efecto es reversible. Al utilizar las lentes todas las noches, se consigue que el moldeo no desaparezca.
Esta forma de corrección de la graduación resulta muy cómoda para el usuario, ya que supone una gran ventaja para algunas actividades, especialmente para practicar deporte.
La terapia con ortoqueratología, que fue aprobada en el año 2002 por la FDA (agencia americana de alimentos y medicamentos), es segura y efectiva. Aunque puede ser utilizada tanto en niños como en adultos, es especialmente interesante realizarla en los años en los que la miopía avanza más, que habitualmente suele ser desde que aparece, en la infancia o adolescencia, hasta que se estabiliza en edades cercanas a los 20 años.
- Esther Mª Mármol Errasti es profesora de Óptica y Optometría de la Universidad CEU San Pablo