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Nomofobia: cómo saber si padezco la gran adicción del siglo XXI

Un estudio estima que al menos el 6 % de la población mundial la sufre, lo que equivale a más de 400 millones de personas

Los teléfonos inteligentes han pasado a formar parte de nuestro día a día, hasta el punto de ser casi una extensión más de nuestro cuerpo. Lo usamos para trabajar, para comunicarnos, para entretenernos o para informarnos. De hecho, lo más probable es que estés leyendo este artículo desde un dispositivo móvil. Nos hemos acostumbrado a vivir con una pantalla en la mano pero, ¿nos hemos vuelto unos adictos?

Un estudio estima que por lo menos el 6 % de la población mundial padece nomofobia, lo que equivale a más de 400 millones de personas. Acrónimo de la expresión inglesa no-mobile-phone phobia, consiste en tener un miedo irracional a permanecer un tiempo concreto sin teléfono móvil o sin internet.

Aunque no está considerada todavía como una patología o un trastorno del comportamiento, la nomofobia es consecuencia de un uso desmedido del teléfono. Como explica Sanitas, lo más curioso es que esta dependencia «lleva a un aislamiento social, ya que la relación con el exterior se hace a través de WhatsApp y las redes sociales».

Al estar habituados a estar conectado las 24 horas del día, cuando este hilo conductor se rompe surgen síntomas como la ansiedad, el nerviosismo, los pensamientos obsesivos, las taquicardias e incluso los ataques de pánico.

Jóvenes entre 18 y 24 años

Según el doctor Pablo Iglesias, psiquiatra y psicoterapeuta de la Consultas Iglesias, este padecimiento creció un 13% en los últimos cuatro años, debido a que cada vez son más los consumidores que se ven atados a sus teléfonos inteligentes y a que la tecnología es cada vez más accesible y económica.

Los más propensos a padecerla suelen ser las mujeres y los adolescentes. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son los que más sufren esta adicción, que en parte viene influida por el comportamiento instruido en casa. Los padres juegan un papel fundamental en evitar una posible nomofobia al poder limitar el tiempo de uso de sus hijos y evitarlo en ciertos momentos del día, como las comidas.

Cómo saber si lo padezco

Un nomofóbico sigue unos patrones entre los que muchos se pueden ver reflejados:

  • Mira constantemente el móvil
  • Evita acudir a lugares en los que no hay cobertura
  • Lleva consigo una batería portátil o busca enchufes de manera compulsiva
  • Duerme poco por haber estado con el teléfono
  • Nunca apaga el dispositivo
  • Se agobia al hacer actividades en las que no puede consultar el smartphone (volar, ir al cine)

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 96% de las familias españolas cuentan con al menos un teléfono móvil y el 77% de quien accede a internet lo hace a través de este dispositivo. Ante la evidente tendencia alcista en el uso de teléfonos inteligentes, es importante que se trabaje sobre esta adicción que cada día afecta a más personas para evitar que se vaya generalizando.

Esta adicción tiene también mucho que ver con el síndrome FOMO (del inglés fear of missing out, «miedo a perderse algo»). Es una angustia que algunos usuarios de las redes sociales presentan por temor a no enterarse de informaciones o eventos. Al igual que la nomofobia, afecta principalmente a jóvenes y uno de sus síntomas es la ansiedad.

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