¿Pueden las bacterias intestinales causar artritis reumatoide?
Investigadores de la Universidad de Colorado descubren una bacteria que puede desencadenar la enfermedad en aquellos que ya están en riesgo
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que se engloba en el grupo de las Enfermedades Reumáticas Autoinmunes Sistémicas (ERAS) y que afecta principalmente a las articulaciones pero que también puede dañar distintos sistemas corporales como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón o los vasos sanguíneos. Los expertos aseguraban que se trata de un trastorno autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo.
Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) han descubierto que una bacteria única que se encuentra en el intestino podría ser la responsable de desencadenar la artritis reumatoide (AR) en personas que ya tienen riesgo de padecer esta enfermedad autoinmune según se ha publicado en la revista científica Science Translational Medicine.
«El trabajo ha ayudado a establecer que podemos identificar a las personas que están en riesgo de padecer artritis reumatoide sobre la base de marcadores serológicos, y que estos marcadores pueden estar presentes en la sangre durante muchos años antes del diagnóstico. Cuando observaron esos anticuerpos, uno es la clase normal de anticuerpos que normalmente vemos en la circulación, pero el otro es un anticuerpo que solemos asociar con nuestra mucosa, ya sea la mucosa oral, la intestinal o la pulmonar. Empezamos a preguntarnos: ¿Podría haber algo en un lugar de la barrera de la mucosa que pudiera estar impulsando la artritis reumatoide?, ha comentado Kristine Kuhn, principal autora de la investigación, informa Europa Press.
Los investigadores tomaron los anticuerpos creados por las células inmunitarias de los individuos cuyos marcadores sanguíneos mostraban que estaban en riesgo de padecer la enfermedad y los mezclaron con las heces de los individuos en riesgo para encontrar las bacterias marcadas por los anticuerpos.
Para comprobar su hipótesis, los investigadores utilizaron modelos animales para albergar las bacterias recién descubiertas. Esos experimentos demostraron que las bacterias no sólo hacían que los modelos animales desarrollaran los marcadores sanguíneos que se encuentran en los individuos con riesgo de padecer artritis reumatoide, sino que algunos de los modelos también mostraron el desarrollo de una AR completa.
«Confirmamos que las células T de la sangre de las personas con artritis reumatoide responden a estas bacterias, pero las personas sanas no responden a ellas. Mediante estudios en humanos y modelos animales, pudimos identificar estas bacterias como asociadas al riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Desencadenan una enfermedad similar a la artritis reumatoide en los modelos animales, y en los humanos podemos demostrar que esta bacteria parece desencadenar respuestas inmunitarias específicas de la artritis reumatoide», explica Kuhn.
Si la especie única de bacterias está realmente impulsando la respuesta inmune que conduce a la AR en individuos que ya están en riesgo de la enfermedad, dice Kuhn, podría ser posible apuntar a las bacterias con medicamentos para evitar que esa respuesta ocurra.
Si podemos entender cómo está desencadenando estas respuestas inmunitarias, podríamos bloquear la capacidad de las bacterias para hacerlo
«Lo siguiente que queremos hacer es identificar, en poblaciones más grandes de individuos en riesgo de AR, si estas bacterias se correlacionan con otras respuestas inmunitarias genéticas, ambientales y mucosas y, en última instancia, con el desarrollo de AR», dice Kuhn y añade: «Entonces podríamos decir: 'Este es un marcador que es útil para ayudar a predecir quién desarrollará AR' y aplicar estrategias de prevención. La otra oportunidad que existe es que si podemos entender cómo está desencadenando estas respuestas inmunitarias, podríamos bloquear la capacidad de las bacterias para hacerlo», afirma Kuhn.