El raro caso del hombre con cáncer de próstata que terminó hablando con acento irlandés
El Síndrome del Acento Extranjero está documentado en un centenar de casos
La ciencia tiene cosas inexplicables y en ocasiones la evolución de una enfermedad sorprende con extraños efectos secundarios. Este es el caso de un estadounidense de 50 años con cáncer de próstata que recibía terapia de privación de andrógenos y que desarrolló un fuerte acento irlandés a pesar de no tener ascendencia irlandesa ni haber estado nunca en Irlanda.
Aunque pueda sonar extraño, lo cierto es que el Síndrome del Acento Extranjero o FAS (Foreign Accent Syndrome) existe y está documentado con, al menos, 100 casos en la literatura científica.
Metástasis en cerebro
En este caso clínico, publicado en British Medical Journal y llevado a cabo por investigadores del Departamento de Medicina Interna del Sistema de Salud de la Universidad de Duke, se afirma que el paciente no tenía anomalías en el examen neurológico, antecedentes psiquiátricos o resonancia magnética del cerebro al inicio de los síntomas.
Los científicos, coordinados por los profesores Amanda Broderick y Andrew J Armstrong, explican que el paciente tenía un cáncer de próstata metastásico sensible a las hormonas que, a pesar de la terapia de privación de andrógenos y el tratamiento de quimioterapia con abiraterona/acetato de prednisona, progresó a una forma aún más agresiva. De hecho, los exámenes de las biopsias confirmaron que el tumor se había transformado en un carcinoma neuroendocrino de próstata de células pequeñas (NEPC), con el desarrollo de numerosas metástasis cerebrales. El cáncer se había extendido a su cerebro, provocando una «probable parálisis paraneoplásica ascendente» que lamentablemente condujo a la muerte del hombre.
¿Es realmente acento extranjero?
El síndrome del acento extranjero, descrito por primera vez en 1907 por Pierre Marie, es un trastorno motor del habla raro que hace que los pacientes se expresen en su idioma nativo con un acento que se percibe como «extranjero». Esta «no-natividad» es el resultado de cambios suprasegmentarios y/o segmentarios, que –según los criterios propuestos por Whitaker (1982)– son consecuencia de daños en el sistema nervioso central.
El habla puede verse alterada en términos de sincronización, entonación y ubicación de la lengua, de modo que se perciba como un sonido extraño. El habla permanece altamente inteligible y no necesariamente suena desordenado.