La alternativa al quirófano para tratar el dolor de espalda

Uno de los dolores más habituales entre la población general es el de espalda siendo el lumbar el más frecuente. Se estima que el 80 por ciento de la población sufrirá en algún momento un episodio de estas características mientras que el dolor cervical afecta a una horquilla de entre el 10,4 y el 21,3 % de los españoles.

Entre los desencadenantes que puede forzar los músculos de la espalda y los ligamentos de la columna vertebral están los malos hábitos posturales; levantar objetos pesados o hacer un mal movimiento repentino. Enfermedades como osteoporosis o artritis también suelen afectar a la espalda lumbar y provocar dolor.

El doctor Francisco Manuel Kovacs, eminencia en esta especialidad, director de la Unidad de la Espalda del Hospital Universitario HLA-Moncloa, de Madrid y de la Red Nacional de Investigadores de Dolencias de la Espalda, explicó en una entrevista en El Debate que el dolor de espalda está aumentando entre los más jóvenes: «Todo apunta que la principal causa es que estamos evolucionando del Homo sapiens al Homo sedens, es decir, todo el día sentado. Y no es malo estar sentado. Lo erróneo es que lo único que hagamos sea eso, porque la musculatura en el funcionamiento de la espalda tiene un papel esencial».

El especialista hace especial hincapié en la importancia de hacer ejercicio físico para fortalecer la musculatura «cualquier ejercicio es mejor que ninguno, de tal manera que no hay excusa para los vagos» y añade: «Si en un momento dado duele la espalda, evitar el reposo en cama es esencial. 48 horas de reposo tienden a hacer que se pierda tono muscular y que sea más fácil que el dolor dure más y además repita más a menudo».

Si el dolor es frecuente los especialistas en espalda insisten en la necesidad de acudir a un profesional para diagnosticar el problema. En las primeras fases del dolor, el doctor Kovacs explica que «se debe parar y descansar un rato, pero a lo largo del día hay que moverse tanto como sea posible». Desde el punto de vista de los fármacos, los relajantes musculares han demostrado ser bastante poco eficaces mientras que los antiinflamatorios no esteroideos sí lo son.

Se debe parar y descansar un rato, pero a lo largo del día hay que moverse tanto como sea posibleDoctor Francisco Manuel Kovacs

Si el dolor dura más de 14 días, el tratamiento de elección es la intervención neurorreflejoterápica (NRT), uno de los pocos tratamientos para las dolencias del cuello y la espalda que ha demostrado científicamente ser eficaz, seguro, efectivo y eficiente, según el doctor.

Intervención neurorreflejoterápica

La (NRT), según explican desde la Fundación Kovacs es un tipo de intervención mínimamente invasiva y ambulatoria. En ella se implanta un pequeño material quirúrgico sobre terminaciones nerviosas de la piel, a menos de 2 mm de profundidad, sin tener que abrir ni anestesiar al paciente.

Ese material quirúrgico se deja implantado hasta 90 días y mientras tanto mantiene activadas unas fibras nerviosas concretas, cuya estimulación contrarresta los mecanismos que causan la persistencia del dolor, la inflamación y la contractura muscular que caracteriza los episodios dolorosos de dolencias del cuello y la espalda. Al extraer el material su efecto suele persistir, aunque en caso de ser necesario el procedimiento puede repetirse tantas veces como sea necesario. Cuanto menor sea la duración del dolor, menos probable es que sea necesario realizar más de una intervención NRT para resolverlo.

Está indicada en casos de dolencias del cuello y la espalda en los que el dolor cumple estos tres criterios:

Está indicada en los casos en los que el dolor se asocia a problemas como, por ejemplo, alteraciones discales (degeneración, fisura, protrusión o hernia discal), artrosis (vertebral o facetaría), síndromes facetarios, escoliosis, espondilólisis no traumáticas, espondilolistesis, o se debe a causas «inespecíficas» –como cervicalgia, dorsalgia o lumbalgia inespecíficas-.

Se ha comprobado la eficacia, seguridad, efectividad y eficiencia de esta tecnología en los casos subagudos (en los que el dolor dura más de 14 días) y crónicos (de más de 90 días de duración).

Está indicado en casos de dolor suficientemente intenso. En los estudios realizados, esa intensidad mínima se ha definido como la correspondiente a 3 ó más puntos en una escala en la que «0» representa la ausencia de dolor y «10» el «dolor más intenso que se pueda imaginar». Si el dolor es sólo una «molestia» (de menos de 3 puntos en esa escala), no merece la pena realizar una intervención.