MenopausiaEric Simard

Sofocos en la menopausia: ¿Cómo puedo tener frío y calor al mismo tiempo?

Los síntomas vasomotores, más a menudo denominados sofocos, son uno de los síntomas más comunes identificados durante la transición a la menopausia, y aproximadamente el 70 % de las mujeres de mediana edad los reportan. No solo interfieren con la calidad de vida de la mujer, sino que también se han relacionado con riesgos para la salud física, como las enfermedades cardiovasculares. Los datos emergentes sugieren una asociación entre ellos y las enfermedades cardiovasculares. Un nuevo estudio es el primero en vincular los sofocos evaluados fisiológicamente con una mayor inflamación sistémica, que es un factor de riesgo de enfermedad cardíaca.

Como si los sofocos por sí solos no fueran lo suficientemente malos para las mujeres que atraviesan la transición a la menopausia, otro estudio sugiere que, especialmente cuando ocurren durante el sueño, los sofocos pueden ser indicadores tempranos de padecer la enfermedad de Alzheimer (EA). Y cuantos más sofocos, mayor es el riesgo de enfermedad.

Estos dos estudios son solo una muestra de lo mucho que se está estudiando sobre este período en la vida de la mujer entre los 35 y los 60 años, sin embargo, hay otra cuestión que seguía causando controversia por parecer contradictorio: ¿Cómo pueden las mujeres experimenten estos calores súbitos aún cuando hace frío?

Frío y calor

Según un nuevo estudio, que se están presentando en la Reunión Anual de 2023 de la Sociedad de Menopausia en Filadelfia, la actividad del tejido adiposo marrón (BAT) puede ser una de las razones clave.

Los investigadores concluyeron que la respuesta está en la disminución de los niveles de estrógeno que causan el estrechamiento de la zona termoneutral (entre las temperaturas que provocan escalofríos y sudoración) y los cambios en la temperatura central del cuerpo pueden inducir respuestas de sudoración en cualquier clima.

El BAT es un tejido graso especializado que almacena energía y ayuda a producir calor como medio para mantener la temperatura corporal y se activa en respuesta a las bajas temperaturas y quema calorías.

Investigación

Los investigadores estudiaron a 269 mujeres, la mayoría de las cuales eran peri o posmenopáusicas. Su objetivo era probar la hipótesis de que las mujeres con mayor actividad del tejido adiposo marrón tenían más probabilidades de sufrir sofocos durante los meses más fríos del año.

La hipótesis se basa en el hecho de que la disminución de los niveles de estrógeno da como resultado un estrechamiento de la zona termoneutral y este estrechamiento contribuye a una mayor probabilidad de sufrir sofocos. Incluso pequeños cambios en la temperatura corporal central pueden inducir respuestas de sudoración, y se han documentado pequeños aumentos en la temperatura corporal central antes de que ocurran los sofocos.

Los investigadores concluyeron que la actividad BAT se asociaba significativamente con un aumento en las probabilidades de sufrir sofocos molestos.

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