Día Mundial del Cáncer de Mama

Cáncer de mama: las diez dudas más frecuentes antes y después del diagnóstico

El objetivo es que para 2030 el 70 % de los pacientes lo superen

El cáncer de mama afectará en 2023 a más de 35.000 mujeres en España lo que le posiciona, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) como el segundo cáncer más frecuente en la población general y el primero entre mujeres. Sin embargo, en las últimas décadas, la supervivencia a este tumor ha aumentado considerablemente y, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el objetivo es que para 2030 el 70 % de los pacientes lo superen.

Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, la AECC responde a las diez preguntas más frecuentes que toda mujer se hace ante un diagnóstico de cáncer de mama.

Cómo obtener un diagnóstico

La mamografía y la ecografía proporcionan un diagnóstico de sospecha. Pero para confirmar el diagnóstico es preciso tomar una muestra de tejido (biopsia) de la zona sospechosa para su estudio. Esta es la prueba definitiva.

Qué significa 'un carcinoma de mama'

Desde que aparecen células malignas en el tejido de la mama, el tumor va desarrollándose y va pasando por distintos estadios o fases. Cuando el proceso de malignización se origina en el conducto se denomina el carcinoma ductal.

Cuando se origina en el lobulillo de la mama se denomina carcinoma lobulillar.

El término «in situ» se utiliza cuando la proliferación de las células malignas ocurre dentro del conducto o lóbulo, es decir no hay infiltración al tejido que lo rodea.

Se utiliza el término «infiltrante» cuando las células malignas sí han invadido el tejido circundante. Este tipo de tumor representa el 75 % de los cánceres de mama.

Cómo saber el tratamiento

Para poder determinar el tratamiento más adecuado del cáncer de mama es importante conocer en qué fase se encuentra. Hay que tener en cuenta estos aspectos:

  • Biología de la célula tumoral: el tratamiento varía en función del estado de los receptores hormonales, el índice de proliferación y del estado del receptor de membrana HER2.

  • Clasificación TNM: mide tres aspectos del tumor, el tamaño, si hay afectación ganglionar regional o si hay afectación de otros órganos.

  • Estadio clínico: En función del TNM, el tumor se clasifica en cuatro estadios, del I al IV, siendo el I de mejor pronóstico.

  • Grado histológico: el grado está en relación con el parecido que poseen las células tumorales respecto a las células normales de la mama e indican la velocidad con la que el cáncer puede desarrollarse.

¿Tendrán que operarme?

La cirugía debe formar parte del tratamiento en los cánceres de mama en estadios localizados. Es una intervención quirúrgica mayor, por lo que es necesario un ingreso hospitalario durante un tiempo variable que dependerá del tipo de cirugía. El tipo de cirugía dependerá del tamaño, localización y extensión del tumor. En función de la extirpación recibe diferentes nombres:

  • Tumorectomía: cuando se extirpa solo el tumor.

  • Cuadrantectomía: cuando se extirpa el cuadrante donde se localiza el tumor.

  • Mastectomía: Se extirpa la mama entera.

En algunos casos, el tratamiento inicial del cáncer de mama consiste en quimioterapia (denominada quimioterapia neoadyuvante), procediéndose a la cirugía tras lograr una reducción del tumor con este tratamiento.

Qué pasa con los ganglios de la axila

Sea cual sea el tipo de intervención debe realizarse una valoración de los ganglios axilares.

Es preciso conocer si el tumor se ha diseminado a los ganglios axilares, ya que el pronóstico y el plan terapéutico posterior variarán en función de ello.

Actualmente, la técnica de la biopsia del ganglio centinela permite evitar la linfadenectomía en aquellas mujeres que no presenten afectación radiológica de la axila en la ecografía inicial, por lo que su realización debe valorarse de forma rutinaria.

¿Qué es el ganglio centinela?

Es el ganglio axilar sobre el que, en primer lugar, drena el tumor de la mama. Si este ganglio está afectado por el tumor, es necesario realizar un estudio del resto de los ganglios de la axila por lo que se realiza linfadenectomía axilar. Si no está afectado no es necesario realizar un vaciamiento axilar.

Qué riesgo hay de tener un linfedema

El linfedema es la secuela más común tras la extirpación de los ganglios. Se estima que hasta un 30 % de las mujeres operadas pueden desarrollarlo. Este porcentaje se puede incrementar si además han recibido radioterapia axilar.

La obesidad o el sobrepeso pueden predisponer a las mujeres al linfedema después de tratamiento del cáncer de mama. Sin embargo, el ejercicio físico fisiológico, progresivo y cuidadosamente controlado podría, de hecho, ser beneficioso, contrariamente a lo que se pensaba hace unos años.

Qué es la quimioterapia y la radioterapia

La quimioterapia es la administración de fármacos (habitualmente por vía intravenosa) para destruir las células tumorales que han podido dispersarse por el organismo.

Cuando la quimioterapia se aplica como complemento a la cirugía se le denomina quimioterapia adyuvante.

Cuando la quimioterapia se utiliza para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía se le denomina quimioterapia neoadyuvante.

La radioterapia consiste en el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento local de determinados tumores, empleando rayos x de alta energía. Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean al tumor.

Cómo saber si el tratamiento es eficaz

Solo a través de las pruebas es posible saber si el tumor ha disminuido, desaparecido o si, por el contrario, permanece igual.

Durante el tratamiento, tu oncólogo te hará exploraciones físicas periódicas y valorará si es necesario solicitar pruebas que le permitirán saber cómo está respondiendo el tumor.

La respuesta del tumor a la quimioterapia es independiente de los efectos secundarios que produzca.

¿Se me caerá el pelo?

La caída del cabello, también llamada alopecia, es un efecto secundario frecuente del tratamiento con quimioterapia. Se produce por la acción de los distintos fármacos sobre el folículo piloso que provocan una destrucción de este y por tanto la pérdida del pelo.

Es un efecto secundario que no aparece siempre, ya que depende fundamentalmente del tipo de medicamento empleado. En general, las antraciclinas y los taxanos, que son fármacos utilizados habitualmente para el tratamiento del cáncer de mama, son alopeciantes.