El dolor brusco de cabeza puede alertar de un ictusGTRES

Qué diferencia hay entre un ictus isquémico de uno hemorrágico

Identificar los primeros síntomas es clave para evitar secuelas

El accidente cerebrovascular o ictus ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o reduce privando al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes esenciales. Según su mecanismo de producción, las enfermedades cerebrovasculares (ECV) pueden dividirse en dos grandes grupos.

Los ictus isquémicos representan entre el 80 y el 85 % de todos los ictus y suceden cuando un coágulo o desecho llega a bloquear el paso de la sangre al cerebro.

A su vez, se pueden distinguir entre la isquemia cerebral focal, que afecta a una sola zona del encéfalo, y la isquemia cerebral global, que afecta al encéfalo de forma difusa. Según la duración del proceso isquémico, clásicamente se consideran dos tipos de isquemia cerebral focal: el ataque isquémico transitorio (AIT) y el infarto cerebral que produce un déficit neurológico que persiste más de 24 horas, indicando la presencia de necrosis tisular.

Por otra parte, los ictus hemorrágicos o derrame cerebral se presentan cuando un vaso sanguíneo que va al cerebro se rompe y, por lo tanto, hay una fuga. Son menos frecuentes y representan el 15-20 % de los casos. Dentro de los ictus hemorrágicos se diferencian los hematomas cerebrales de la hemorragia subaracnoidea.

Señales que te ponen en alerta

La Federación Española del Ictus explica que los síntomas son:

  • Pérdida de fuerza o sensibilidad
  • Debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo
  • Visión doble
  • Sensación de vértigo
  • Alteración repentina del habla
  • Dolor de cabeza súbito

La identificación inmediata de estos síntomas es crucial en la evolución del enfermo, ya que se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento por neurólogos logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas. Actualmente, unos 300.000 españoles presentan alguna limitación funcional por haber padecido un ictus.

La doctora Belinda Matute Tobías, neuróloga del Hospital Viamed Los Manzanos explica que «en las cuatro o cinco horas siguientes a la instauración del ictus las neuronas permanecen en un estado de penumbra isquémica. Si logramos reestablecer el flujo cerebral antes de que las neuronas hayan muerto, las secuelas serán mucho menores o incluso inexistentes».