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Una dieta equilibrada, un estilo de vida activo y una correcta higiene de sueño es fundamental para perder pesoGTRES

Cómo conseguir un vientre plano sin hacer ejercicio

Una dieta equilibrada, un estilo de vida activo y una correcta higiene de sueño es fundamental para perder peso

Mantenerse dentro de un peso corporal adecuado no solo es una cuestión estética. El índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura son herramientas de detección para estimar el estado de peso en relación con el riesgo potencial de desarrollar distintas enfermedades como accidentes cerebrovasculares, diabetes o distintos tipos de cáncer. Una dieta equilibrada, un estilo de vida activo y una correcta higiene de sueño es fundamental para conseguir perder peso, sin embargo no siempre es fácil conseguir ese deseado vientre plano.

La farmacéutica Meritxell Martí Castanyer explica que aunque no hay un alimento concreto para deshinchar el abdomen si hay algunos que evitaran la formación de gases y un aumento del tránsito intestinal mejorando la velocidad de la digestión. Una flora bacteriana sana ayuda a mejorar la velocidad de las digestiones. Prebióticos y probióticos juegan un papel fundamental.

Una alimentación adecuada

Entre los alimentos que deben formar parte de la dieta están:

  • Frutas y verduras son ricas en fibras y alto contenido hídrico lo que ayudará a sentirse lleno durante todo el día. Además, el consumo de fibra es importante para favorecer la digestión.
  • Alimentos ricos en proteínas y bajos en grasa como puede ser el pollo, el pescado, las legumbres. La proteína magra no solo ayudará a sentir saciedad por más tiempo, sino que también contiene los componentes básicos necesarios para ayudar con el crecimiento y la reparación muscular. El consumo de proteínas de alta calidad tiene un impacto directo en la reducción de la grasa abdominal.
  • Consumir pequeñas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados en las comidas es una buena solución. Los ingredientes con estas grasas más saludables incluyen nueces, aceite de oliva, aguacate, mantequilla de cacahuete natural o el pescado azul.
  • Ingerir muchos carbohidratos puede afectar a las fluctuaciones del azúcar en la sangre, lo que aumenta el almacenamiento de grasa por lo que los nutricionistas recomiendan reducir los carbohidratos y aumentar el consumo de proteínas. «Cuando comes carbohidratos simples como azúcar refinada, arroz blanco y pan blanco, estos alimentos aumentan el nivel de azúcar en la sangre y aumentan el almacenamiento de grasa. Además, muchas personas se sienten hinchadas cuando comen muchos carbohidratos simples». Sin embargo los carbohidratos de lenta absorción ayudan a reducir los niveles de azúcar sanguíneo y disminuir la grasa abdominal, entre estos alimentos están las legumbres, cereales como la avena, el arroz integral.
  • Beber agua favorece la digestión y puede aliviar la hinchazón porque reduce el estreñimiento. Además, mantenerse hidratado también puede aumentar su metabolismo. Otro beneficio de beber agua durante el día es que ayuda a que el estómago se sienta lleno, lo que puede reducir la cantidad de comida que ingiere.
  • Eliminar las bebidas ricas en calorías y gaseosas.
  • A menudo, la sensibilidad a los alimentos contribuye a la hinchazón y la inflamación. Por lo tanto, eliminar estos ingredientes de su dieta puede tener un impacto innegable para ayudarlo a lograr un estómago más plano.

No todo es la alimentación

La falta de sueño desregula el funcionamiento de dos hormonas, la grelina y la leptina. La doctora María José Martínez Madrid explica que «cuando dormimos poco se ve reducida la cantidad de leptina, que es la hormona de la saciedad, mientras que, por el contrario, se eleva la presencia de grelina, que es la hormona del hambre, por lo que aumenta la probabilidad de que realicemos picoteos de alimentos menos saludables».

La evidencia científica demuestra que las personas que duermen mal (es decir, que tienen problemas para conciliar el sueño o que se despiertan y levantan de forma repetida durante la noche) tienen una mayor tendencia a ingerir –durante todo el día e incluso durante los despertares nocturnos– alimentos, generalmente ricos en azúcares y grasas como el chocolate, galletas, snacks o helados.

Mantenerse activo

Aunque no acuda al gimnasio o realice algún deporte, en el día a día se puede ejercitar la musculatura sin demasiado esfuerzo. Usa las escaleras en lugar del ascensor; camine mientras habla por teléfono o haga ejercicios de abdomen mientras trabaja en la oficina. Cuanto más aumenta la masa muscular, mayor será tu metabolismo.

El estrés, un enemigo

El estrés tiene un impacto innegable en los niveles hormonales, lo que cambia la forma en que el cuerpo digiere. Las respuestas al estrés dentro del cuerpo provocan un aumento del cortisol y cuando esta hormona aumenta, el cuerpo entra en modo de almacenamiento de grasa. Cuanto mayores sean tus niveles de estrés, más cortisol se libera. Como resultado, su metabolismo se ralentiza y la regulación del azúcar en sangre se ve afectada.

El truco de beber agua

A menudo el organismo manda señales confusas para llevarnos a la nevera y picotear entre horas. En ese momento los nutricionistas aconsejan intentar beber un vaso de agua y esperar 20 minutos. Probablemente descubrirás que el agua ayuda a que las señales de hambre disminuyan, de modo que puedas esperar hasta la próxima comida sin caer en el picoteo.
​Un artículo de 2015 descubrió que, entre los que seguían una dieta baja en calorías, los que bebían 500 ml de agua antes de cada comida perdieron 2 kg adicionales en el transcurso del estudio de tres meses.
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