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Artrosis del dedo gordo del pie: causas, síntomas y consejos para mitigar el dolor

La causa exacta del hallux rigidus aún no se ha podido establecer

Dolor y pérdida de movilidad articular en la base del dedo gordo del pie es el principal síntoma del hallux rigidus, una deformidad en la articulación de la base del dedo gordo y que, en realidad es una forma de artritis degenerativa.

En un artículo publicado en la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, el Dr. Jordi Asunción, coordinador Unidad de Pie y Tobillo del Hospital Clinic de Barcelona y el Dr. Xavier Martín Oliva de la Clínica del Remei de la Ciudad Condal, explican que aunque la causa exacta de la artrosis del dedo gordo del pie aún no se ha podido establecer son muchos los factores que predisponen a ello.

Qué causa artrosis del dedo gordo

La causa más frecuentemente es de origen traumático que ocasiona un daño del cartílago articular que destruye la articulación. En muchas circunstancias no se puede detectar un traumatismo pero no se pueden descartar microtraumatismos repetidos por mecanismos de hiperextensión o de hiperflexión reiterativos que ocasionan elevadas fuerzas de compresión articular.

Enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide y la artritis seronegativas.

Patologías metabólicas, sobre todo la artritis gotosa, pueden provocar una afectación articular que desarrolle un hallux rígidus secundario.

También se ha descrito la osteocondritis disecante, una afección articular que ocurre cuando un trozo de cartílago y la capa delgada de hueso que se encuentra debajo se separan del hueso subyacente, como causa de hallux rígidus, por la práctica deportiva.

Síntomas

Expertos del American College of Foot and Ankle Surgeons (ACFAS) explican que los indicios y síntomas tempranos incluyen:

  1. Dolor y rigidez del dedo gordo cuando se usa (al caminar, mantenerse en pie, inclinarse, etc.)
  2. Dolor y rigidez intensificados por el frío o la humedad.
  3. Dificultad para realizar determinadas actividades (correr, agacharse)
  4. Hinchazón e inflamación alrededor de la articulación

A medida que la enfermedad empeora, pueden desarrollarse los siguientes síntomas adicionales:

  1. Dolor, incluso durante el descanso
  2. Dificultad para usar calzado, ya que se desarrollan espolones (sobrecrecimiento) en el hueso
  3. Dolor continuo en la cadera, rodilla o parte baja de la espalda debido a cambios en el modo de caminar.
  4. En casos severos, cojera

Qué se puede hacer

En muchos casos, el tratamiento temprano puede evitar o posponer la necesidad de realizar una cirugía en el futuro. El Dr. David López Capapé afirma que «muchos pacientes no consultan hasta que aparece un dolor importante y dificultad para caminar, debida a la limitación de la flexión dorsal del dedo. Los osteofitos que van desarrollándose con el tiempo son prominencias y picos óseos que resultan en abultamiento de la articulación».

En los casos leves y moderados las modificaciones en el calzado, con suela más gruesa y rígida, o el uso de zapatos con suela en balancín pueden disminuir los síntomas y mejorar la marcha. También es útil la fisioterapia de la articulación y la infiltración con ácido hialurónico.

Si el dolor y la rigidez no son grandes, pero fracasa el tratamiento anterior, pueden realizarse intervenciones poco invasivas como la artroscopia de la primera articulación metatarsofalángica o la resección mediante cirugía percutánea de los osteofitos.

En los casos con grandes osteofitos y deformidad, «la técnica de cirugía abierta para quitarlos recibe el nombre de queilectomia dorsal, y es una intervención muy utilizada, simple y con buenos resultados», afirma el Dr. David López Capapé.