Los cánceres hematológicos se originan en el tejido hematopoyéticoGTRES

Los cinco tipos de cáncer de sangre: ¿Qué tratamientos existen?

El 28 de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Sangre

El crecimiento poblacional, el envejecimiento y la exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo han provocado un aumento del número de cánceres diagnosticados en España. En 2024 se estima que alcanzará a los 286.664 casos, lo que supone un ligero incremento con respecto al año 2023, según cifras de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Las estrategias de detección precoz y los cambios demográficos podrían, a largo plazo, reducir la mortalidad, a pesar de un aumento inicial en los casos diagnosticados. Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2024 serán los de colon y recto, mama, pulmón, próstata, vejiga urinaria o algunos de los tipos de cáncer de sangre.

Tipos de cáncer de sangre

La leucemia, el linfoma, el mieloma, los síndromes mielodisplásicos y las neoplasias mieloproliferativas son tipos de cáncer que afectan a la médula ósea, las células sanguíneas, los ganglios linfáticos y otras partes del sistema linfático.

Leucemia

La leucemia comienza en una célula de la médula ósea, la cual sufre un cambio y se convierte en un tipo de célula leucémica. Una vez que la célula de la médula ósea sufre el cambio leucémico, las células leucémicas que produce pueden proliferar y sobrevivir mejor que las células normales. Con el tiempo, las células leucémicas desplazan y/o inhiben el desarrollo de las células normales.

Según explican desde The Leukemia & Lymphoma Society, la tasa de progresión y la manera en que las células reemplazan a las células normales de la sangre y médula ósea son diferentes en cada tipo de leucemia.

Entre los subtipos de leucemia se incluyen:

  • Leucemia linfoblástica aguda
  • Leucemia mieloide aguda
  • Leucemia linfocítica crónica
  • Leucemia mieloide crónica

Linfoma

«Linfoma» es el nombre de un grupo de tipos de cáncer de la sangre que se originan en el sistema linfático.

Los dos tipos principales son el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin (HL y NHL, en inglés). El linfoma de Hodgkin se distingue de otros tipos de linfoma por la presencia de células de Reed-Sternberg. Estas son células cancerosas grandes, llamadas así por los científicos que las identificaron por primera vez. Con un tratamiento adecuado, el linfoma de Hodgkin puede curarse en la mayoría de los pacientes.

El linfoma no Hodgkin comprende un grupo diverso de enfermedades que se distinguen por las características de las células cancerosas asociadas a los distintos subtipos de la enfermedad. Los subtipos de linfoma no Hodgkin pueden ser de baja malignidad y de progresión lenta o agresivos y de progresión rápida.

Algunos pacientes con subtipos de linfoma no Hodgkin de progresión rápida pueden curarse. En el caso de pacientes con subtipos de linfoma no Hodgkin de progresión lenta, el tratamiento puede controlar la enfermedad durante muchos años. Es importante conocer el subtipo exacto de linfoma no Hodgkin del paciente, ya que cada subtipo requiere un tratamiento diferente.

Algunos subtipos de linfoma no Hodgkin son:

  • Linfoma difuso de células B grandes
  • Linfoma folicular
  • Linfoma de Burkitt
  • Linfoma cutáneo de células T
  • Linfoma de células del manto

Mieloma

El mieloma comienza en la médula ósea. Es un cáncer de las células plasmáticas, un tipo de glóbulo blanco. Hay varios tipos de mieloma:

  • Mieloma múltiple, que es el tipo más común. Más del 90 % de las personas con mieloma tienen este tipo. El mieloma múltiple afecta varias áreas distintas del cuerpo.
  • Plasmocitoma, en el que las células del mieloma se manifiestan en una sola zona del cuerpo, por ejemplo, un tumor en el hueso, la piel, el músculo o el pulmón.

El mieloma se caracteriza por la tasa de progresión de la enfermedad, ya sea rápida o lenta, y se clasifica en grupos según esta característica. Estos grupos son:

  • Mieloma asintomático, que progresa lentamente y no produce signos ni síntomas en el paciente a pesar de que él o ella tiene la enfermedad.
  • Mieloma sintomático, que produce síntomas relacionados con la enfermedad, tales como anemia, daño renal y enfermedad ósea.

Síndromes mielodisplásicos

Los síndromes mielodisplásicos (MDS, en inglés) comprenden un grupo de enfermedades de la sangre y de la médula ósea que presentan distintos grados de gravedad, necesidades terapéuticas y expectativas de vida. Un síndrome mielodisplásico puede ser primario (de novo), sin causa conocida, o puede tener una causa relacionada con el tratamiento previo de otra enfermedad.

Neoplasias mieloproliferativas

Las neoplasias mieloproliferativas son tipos de cáncer de la sangre que comienzan con una mutación en una célula madre de la médula ósea. El cambio provoca la producción excesiva de glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, en cualquier combinación. Entre los tipos de neoplasias mieloproliferativas se incluyen: Mielofibrosis; policitemia vera; trombocitemia esencial.

Tratamientos

Las opciones de tratamiento varían según el tipo de cáncer de la sangre que tiene. Las opciones de tratamiento dependerán de su diagnóstico específico, edad, los resultados del análisis de los cromosomas de las células de la médula ósea, la sangre y los ganglios linfáticos, su estado de salud general y otros factores. En algunos casos puede incluir una cirugía, aunque por lo general no es lo habitual. El tratamiento podría incluir:

  • Quimioterapia: consiste en el uso de medicamentos o sustancias químicas potentes, a menudo administrados en combinaciones de múltiples medicamentos o a intervalos de tiempo, para matar o dañar las células cancerosas.
  • Terapia dirigida: a diferencia de los medicamentos empleados en la quimioterapia, los que se usan en las terapias dirigidas atacan selectivamente a las células cancerosas. Estos medicamentos están «dirigidos» a los cambios genéticos o proteínas que cumplen una función en el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas.
  • Radioterapia: esta terapia causa daño en el material genético, denominado ácido desoxirribonucleico (ADN), que se encuentra dentro de las células, lo cualimpide que estas crezcan y se reproduzcan. A pesar de que la radioterapia está dirigida a las células cancerosas, también puede dañar las células sanas. Sin embargo, los métodos actuales reducen al mínimo el daño a los tejidos cercanos
  • Inmunoterapia: la inmunoterapia, también denominada 'terapia biológica', emplea el sistema inmunitario del propio paciente para combatir el cáncer. El sistema inmunitario ayuda a proteger al cuerpo contra las enfermedades e infecciones. En la mayoría de las circunstancias, el sistema inmunitario natural del cuerpo parece ser incapaz de identificar al cáncer como un invasor ajeno. La inmunoterapia se basa en el concepto de que las células inmunitarias o los anticuerpos que pueden reconocer y matar las células cancerosas pueden producirse en el laboratorio y luego administrarse a los pacientes para tratar el cáncer
  • Trasplante de células madre: es un procedimiento que reemplaza las células productoras de sangre enfermas del paciente por células sanas.

Los efectos secundarios del tratamiento suelen preocupar tanto a los pacientes como a los cuidadores. Los expertos explican que los tratamientos que dañan o destruyen las células cancerosas también pueden afectar las células normales y causar efectos secundarios. Algunos efectos secundarios mejoran o desaparecen cuando termina el tratamiento. Otros pueden presentarse después de terminar el tratamiento, a veces incluso años después.