Estas son las alternativas seguras a los polvos de talco

Hace un año, la farmacéutica Johnson & Johnson se vio obligada a dejar de vender sus clásicos polvos de talco que durante generaciones habían sido utilizados en los culetes de los bebés tras el cambio del pañal; como truco para quitar la grasa del cabello o para eliminar el mal olor de los pies.

El principio del fin de los clásicos polvos de talco empezó en 2018 cuando la farmacéutica se vio cuestionada por la posibilidad de que su producto incluyese asbesto, un mineral de composición y caracteres semejantes a los del amianto y con efectos nocivos para la salud. La compañía recibió unas 38.000 demandas que vinculaban su uso a largo plazo con el desarrollo de cáncer. La empresa negó las acusaciones pero decidió retirar el producto del mercado, alegando que era una «decisión comercial».

Ahora, ha sido la OMS la que acaba de clasificar el talco que aún se vende como «probablemente carcinógeno» en humanos, al relacionarse con el cáncer de ovario.

Qué alternativas hay

Hasta la llegada a España de los pañales desechables en 1971 de la mano de Dodot, las familias usaban compresas de tela que provocaban mayor humedad en la piel y durante muchas generaciones se extendió el uso de los polvos de talco para eliminar esa humedad y así reducir la irritación, el picor o el ardor.

Hoy en día los pañales se han desarrollado y tienen diferentes capas que absorben y almacenan la orina sin causar una irritación excesiva. Sin embargo, en los pliegues de las piernas sí puede haber problemas, por lo que existen cremas de pañal específicas que dependerán del tipo de piel del niño o del adulto.

En formato polvo existen productos como el Hiposudol, que es un antisudoral para uso cutáneo y con actividad sinérgica a base de clorhidrato de aluminio al 15 %, óxido de zinc, irgasán y sílica. Según las especificaciones está estudiado para regular el exceso de sudoración aplicable a otras zonas de la piel como pies o manos. Ayuda a prevenir la aparición de infecciones fúngicas y al tratamiento antimicótico al eliminar la humedad.

Para eliminar el mal olor de los pies existen en el mercado desodorantes en polvo que eliminan la sudoración excesiva y el mal olor. Un ejemplo es el Funsol Polvo de Bayer –óxido de zinc, ácido bórico y aerosil–, un desodorante que no dificulta la transpiración normal y ayuda a mantener los pies frescos y secos, pero hay otros en el mercado como los polvos Devor-Olor o el mencionado Hiposudol.

Se aconseja usar diariamente, después del baño o la ducha secando muy bien los pies, en especial entre los dedos antes de espolvorear. Para una mayor protección, también puede aplicarse en el interior de los zapatos y los calcetines.

Hasta hace poco tiempo una de las utilidades de los polvos de talco era eliminar el exceso de grasa en el cabello. Hoy en día existen productos en los estantes de cualquier supermercado que realizan esta misma función. Conocidos como champús en secos, se usan para espaciar lavados en cabellos con tendencia a engrasarse con mucha rapidez. Sin embargo, los dermatólogos advierten que este cosmético capilar no sustituye al champú y, por lo tanto, no limpia, tan solo es un polvo secante que disimula la grasa.