La profesión de camarero se mantiene en el top 10 de las más demandadas en el mes de septiembrePixabay

El efecto por el que los camareros no olvidan los pedidos

El efecto Zeigarnik se refiere a que las tareas interrumpidas se recuerden mejor que las acabadas

Seguramente en alguna ocasión se ha visto sorprendido por la memoria de ciertos camareros a la hora de anotar un pedido. Esto mismo es lo que le pasó a la psicóloga lituana Bluma Zeigarnik en 1927, quien inspirada en su profesor, el destacado psicólogo Kurt Lewin, decidió estudiar la capacidad de los camareros para recordar aquellas comandas que aún no se habían pagado mientras que olvidaban los detalles de los pedidos una vez pagado.

En un estudio experimental, publicado en On Finished and Unfinished Tasks, Zeigarnik observó que los participantes eran capaces de recordar detalles de tareas interrumpidas alrededor de un 90 % mejor que aquellas que habían sido capaces de completar sin interrupciones.

Así pues la mera finalización de una tarea puede llevar a que se olvide, mientras que las tareas incompletas, como servir una mesa a los clientes que aún no habían terminado su comida, ayudaban a garantizar que el camarero recordara su pedido.

Otros estudios

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX reputados psicólogos han estudiado este fenómeno. Uno de ellos, el británico John Baddeley, llevó a cabo un experimento en 1963 en el que se pidió a los participantes que resolvieran un conjunto de anagramas en un período de tiempo concreto. Si el tiempo se agotaban los participantes recibían la solución. Cuando pidió a los participantes que recordaran las soluciones en palabras, Baddeley pudo corroborar que los participantes tenían más probabilidades de recordar los que no habían resuelto que los que habían completado.

En otro estudio, el psicólogo estadounidense John Atkinson se centró en los aspectos motivacionales de la finalización de una tarea. También observó el efecto Zeigarnik en la evocación de la memoria, pero observó que el recuerdo de las tareas inacabadas también se veía influido por las diferencias individuales entre los participantes. Atkinson observó que aquellos sujetos que abordaban las tareas con una mayor motivación para completarlas se verían más afectados por aquellas que no habían podido completar y tendrían más probabilidades de recordarlas. Por el contrario, si un participante estaba menos motivado, el estado incompleto de una tarea le preocupaba menos y, por lo tanto, la recordaba menos.

Aplicado al estudio

El denominado efecto Zeigarnik puede tener implicaciones en el aprendizaje. En general, los educadores creen que si se interrumpe una tarea de aprendizaje y se reanuda más tarde, es más probable que se recuerde la información aprendida durante esa tarea. Un educador puede recomendar, por ejemplo, que se estudie un tema en pequeños intervalos, y que tomar descansos a mitad de la memorización de un concepto puede conducir a una mejor memorización.

Otros pueden sugerir, que para evitar la postergación, se puede dar el primer paso para completar una tarea lo antes posible antes de reanudarla más tarde.

El efecto en la publicidad

Los publicistas llevan mucho tiempo utilizando el efecto Zeigarnik como método para captar la atención y la memoria de los espectadores. En un estudio sobre el potencial del efecto Zeigarnik en la publicidad, Heimbach llevó a cabo una serie de ensayos.

Según se explica en un artículo de Simply Psychology , en uno de esos ensayos, los investigadores prepararon programas de televisión de 30 minutos con cuatro pruebas y cinco anuncios de relleno, cada uno de ellos en las pausas del programa. Algunos anuncios se mostraban en su totalidad, mientras que otros se interrumpían.

Inmediatamente después de terminar el programa de televisión, los investigadores pidieron a los participantes que identificaran el tipo de producto, la marca del producto y una descripción detallada del contenido de cada uno de los nueve anuncios que se les mostraban. En conjunto, a pesar de la hipótesis del investigador, hubo poco apoyo para la aplicación del efecto Zeigarnik a la publicidad televisiva.

Los anuncios interrumpidos tenían más probabilidades de ser recordados que los que no lo eran

Sin embargo, un experimento más controlado realizado posteriormente por Heimbach en 1972 demostró que, de hecho, los anuncios interrumpidos tenían más probabilidades de ser recordados que los que no lo eran.

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