Iñigo Errejón en una intervención el Congreso de los DiputadosGTRES

Así explican los psicólogos la adicción al sexo, el supuesto trastorno de Íñigo Errejón

La hipersexualidad es una adicción conductual como la ludopatía o la cleptomanía

El pasado jueves una noticia eclipsó el panorama nacional. El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, anunciaba en una carta difundida en la red social 'X' su dimisión y abandono de la política institucional.

En esa carta detallaba que llevaba tiempo en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, para lo cual necesita parar y cuidarse. La renuncia coincidía con una serie de acusaciones y denuncias contra él por violencia machista y acoso sexual. Este viernes El Confidencial publicaba que Iñigo Errejón, de 40 años, llevaba varios meses en terapia para tratar su adicción al sexo y a otras sustancias.

Una adicción conductual

La adicción al sexo o hipersexualidad, según explican psicólogos del InstiturRet, es un trastorno que pertenece al gran grupo de las 'adicciones conductuales' como la ludopatía, la cleptomanía, la compra compulsiva, la adicción al trabajo y la adicción patológica a la comida.

Los expertos aseguran que «tal y como un adicto depende de consumir una sustancia (por ejemplo, alcohol, nicotina, cocaína o heroína), el adicto conductual depende de un comportamiento en aras de experimentar un sentimiento». En el caso de no poder llevar a cabo ese comportamiento surge una ansiedad que solo puede ser apaciguada por la implementación de la propia conducta.

Síntomas

El Dr. Óscar Bueno, psiquiatra especializado en el tratamiento de adicciones comportamentales, explica que los síntomas de la adicción al sexo pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes son:

  • Impulso sexual descontrolado, intenso, que resulta de la necesidad compulsiva de participar en actividades sexuales.
  • Pensamientos recurrentes, intrusivos y casi obsesivos en relación con el sexo.
  • Dificultad para controlar impulsos de participar en actividades sexuales, a pesar de intentar controlarlo o reducir este patrón conductual.
  • Interferencia negativa en el desarrollo de la vida diaria, relacionadas con situaciones de riesgo, escalada en el tipo de conductas sexuales (tolerancia), perdida de control y consecuencias psicosociales negativas (embarazos no deseados, ruptura de pareja, problemas económicos y/o laborales, y enfermedades de transmisión sexual).
  • Necesidad de participar en actividades sexuales cada vez más duraderas, frecuentes o más extremas (riesgosas) para alcanzar la satisfacción sexual.
  • Experimentar sentimientos de culpa, vergüenza, ansiedad o depresión relacionados con comportamiento sexuales compulsivos.

Por su parte, la sexóloga Gema Rosado Domínguez explica en un artículo en TopDoctors que entre las causas que pueden dar lugar al Trastorno Compulsivo Sexual destacan tres grupos, en función del origen de las mismas:

  1. Ambiental: fracaso escolar, familia desestructurada y problemática o haber sufrido abusos en la infancia
  2. Biológico: niveles de dopamina, serotonina y noradrenalina.
  3. Psicológico: personas con baja autoestima que encuentran en el sexo una vía de escape a sus problemas personales, sociales y emocionales.

Test de adicción al sexo

En 1983, el doctor Patrick Carnes en cooperación con diferentes hospitales, terapeutas y asociaciones que operaban en el ámbito de las adicciones ideó un test para identificar y evaluación la hipersexualidad o adicción al sexo. El Sexual Addiction Screening Test (SAST-R) fue revisado en 2010 para adaptarse a los nuevos tiempos.

Su aplicación está pensada no sólo para diagnosticar, sino también para iniciar conversaciones sobre la salud y las conductas sexuales, que a menudo pueden ser temas difíciles de abordar abiertamente para las personas.

Tratamientos

El tratamiento a la adicción del sexo debe ser individualizado pero, según explican los profesionales no existe un tratamiento único que se adapte a todos los aspectos de esta adicción sino que se utilizan diferentes fórmulas entra las que se encuentran la psicoterapia, los grupos de apoyo y los medicamentos.

El tratamiento farmacológico incluye inhibidores de la recaptación de serotonina a altas dosis; antiandrógenos y bupropion; topiramato y naltrexona.

El tratamiento psicoterapéutico combina la terapia cognitivo-conductual con terapia de grupo y grupos de autoayuda. Es frecuente recurrir a la terapia de pareja para reconstruir la relación dañada.