Los motivos por los que no debes chupar las cabezas de gambas y langostinos
Un doctor en microbiología de los alimentos explica el por qué comer solo el cuerpo y desechar la cabeza
estos días de comidas y cenas navideñas no hay mesa en la que falte una bandeja de gambas o langostinos, mariscos beneficiosos para la salud con un alto contenido en proteínas, ricos en ácidos grasos omega 3 y fuente de hierro, calcio y fósforo, sin embargo, consumirlos de cierta manera podría ser perjudicial para los riñones.
Manuel Manzano, veterinario y doctor en microbiología de los alimentos explica en su canal de Youtube que las gamba o los langostinos son dos productos navideños muy beneficiosos para nuestra salud, «es una proteína de alta calidad que nos aporta muchas sales minerales como yodo o el calcio y vitaminas del grupo B, sin embargo, chupar las cabezas no es una buena idea». El experto afirma que la cabeza de estos mariscos acumula de forma natural unas sustancias conocidas como purinas que están en multitud de alimentos, pero en el caso de gambas y langostinos su concentración es muy alta: «Al entrar en el organismo se absorbe toda esa cantidad de purinas y nuestro metabolismo las transforma en ácido úrico. Cuando sube sus niveles en sangre se forman cristales y piedras en el riñón, siendo una de las principales causas de formación de cálculos renales».
El Dr. Manzano tranquiliza asegurando que no pasa nada si solo se toma este marisco en ocasiones puntuales y se chupan las cabezas tres, cuatro o cinco veces, pero si se hace de forma reiterada sí supone un riesgo. Además, afirma, los altos niveles de ácido úrico, también es el origen de la enfermedad de la gota.
Otro de los problemas que surge a la hora de chupar las cabezas de estos mariscos es que, «aparte de estas purinas que nos daban altos niveles de ácido úrico, las cabezas de las gambas tienen un segundo gran riesgo y es que acumulan durante la vida del marisco altos niveles de cadmio, un mineral pesado muy peligroso que no aporta nada a nuestro organismo pero que es altamente tóxico tanto o más como el mercurio», concluye el experto en microbiología de los alimentos.