Yolanda Ramos

De Yolanda Ramos a Paula Vázquez: qué es el TDAH y qué implica su diagnóstico

Es un trastorno orgánico de origen multifactorial, pero eminentemente genético

La humorista Yolanda Ramos ha sido la última en relatar que acaba de ser diagnosticada con un trastorno del déficit de atención e hiperactividad o TDAH. Antes de ella ya lo hicieron la presentadora Paula Vázquez o la influencer Amelia Bono. Fuera de nuestras fronteras son muchos los famosos que han reconocido sufrir TDAH, algo que no les ha impedido triunfar en la vida: Simone Biles, Bill Gates o Will Smith, son solo algunos ejemplos.

Lo cierto es que el diagnóstico de esta patología psiquiátrica se ha incrementado de forma exponencial en los últimos veinte años, tanto en niños como en adultos. Actualmente, se calcula que este trastorno afecta entre un 2 % y un 5 % de la población infantil en España, una media de uno o dos menores por aula, y hasta al 4 % de la población adulta.

Las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) experimentan diferencias en la forma en que centran su atención. Suelen tener mucha energía y la capacidad de concentrarse intensamente en lo que les interesa. Sin embargo, puede resultarles difícil concentrarse en tareas mundanas.

Esto puede generar más impulsividad, inquietud y diferencias en la planificación y la gestión del tiempo, lo que puede dificultar el éxito en la escuela o en el trabajo, lo que genera desafíos a largo plazo.

Por qué se produce

En un informe de la Asociación Española de Pediatría se explica que el TDAH es un trastorno orgánico de origen multifactorial, pero eminentemente genético, con una heredabilidad superior al 70 %. Los estudios de neuroimagen estructural y funcional de personas con TDAH muestran anomalías en estructuras cerebrales –región prefrontal, ganglios de la base y cerebelo, entre otras– que producen un desequilibrio en el funcionamiento normal de los neurotransmisores en estas regiones del sistema nervioso central.

En términos generales, se produce una alteración de la recaptación presináptica de dopamina y noradrenalina que desequilibra el funcionamiento de los circuitos frontoestriado, mesolímbico o frontocerebeloso. Esta situación desencadena un funcionamiento anómalo de los mecanismos de autocontrol y función ejecutiva de nuestro cerebro, lo cual ocasiona los síntomas que percibimos en el día a día y las manifestaciones clínicas habituales en el TDAH.

Tratamiento

En general en los niños, el tratamiento de TDAH suele incluir terapia psicológica, tratamiento farmacológico e intervención psicopedagógica. Diferentes estudios han demostrado que aproximadamente el 80 % de los niños con TDAH que reciben tratamiento con estimulantes mejoran en gran medida. Pueden emplearse medicamentos de liberación inmediata que generalmente se ingieren cada 4 horas, cuando es necesario y medicamentos de liberación prolongada que generalmente se ingieren una vez por la mañana.

Diagnóstico en adultos

El neuropediatra Manuel Antonio Fernández, explica las consecuencias de tener TDAH si eres adulto. El experto afirma que el problema central es el autocontrol. «Esta es la principal muestra del fallo en los patrones neuropsicológicos dependientes de la función ejecutiva. Se producen fallos en el control de la atención, los movimientos, los impulsos o las emociones y en cada uno de ellos encontrarás un aspecto neuropsicológico que condiciona cada síntoma. Al final, la forma de presentar el TDAH en cada persona va a depender de la combinación entre los patrones neuropsicológicos, los síntomas y sus consecuencias».

Un estudio reciente, dirigido por científicos del UCL y publicado en The British Journal of Psychiatry, asegura que los adultos a los que se les ha diagnosticado TDAH pueden tener una vida más corta de lo que deberían. Los investigadores encontraron una reducción aparente en la expectativa de vida para los hombres de entre 4,5 y 9 años, y entre 6,5 y 11 años para las mujeres.

El autor principal, el profesor Josh Stott (UCL Psychology & Language Sciences), explica: «Es profundamente preocupante que algunos adultos con TDAH diagnosticado vivan vidas más cortas de lo que deberían» y añadió: «Las personas con TDAH tienen muchas virtudes y pueden prosperar con el apoyo y el tratamiento adecuados. Sin embargo, a menudo carecen de apoyo y tienen más probabilidades de experimentar situaciones vitales estresantes y exclusión social, lo que afecta negativamente a su salud y autoestima».