El síndrome de Kounis, uno de los efectos del fármaco más vendido en España

El Nolotil, un analgésico de uso a corto plazo utilizado para el dolor agudo, moderado o intenso tras una operación, trauma, de tipo cólico o de origen tumoral que puede presentar desencadenantes como el del síndrome Kounis. Es uno de los medicamentos más populares del mercado, pues su uso puede darse también para aquellos casos de fiebre que no responden a otros medicamentos. Sin embargo, no todo el mundo es consciente de los riesgos.

El síndrome de Kounis se asocia con el síndrome coronario agudo secundario, siendo un tipo de trastorno cardíaco. En definitiva, una reacción alérgica capaz de afectar a todo el organismo de forma grave. No solo se produce por el uso de Nolotil. Cualquier reacción que active los mastocitos podría provocarlo, como los venenos de algunos insectos o ciertos alimentos.

No existe distinción entre los efectos sobre niños y adultos aunque sí que existen dos tipos de variantes del síndrome. El tipo I se da en aquellos pacientes con arterias coronarias normales, y el tipo II en pacientes con enfermedad aterosclerótica. A pesar de la gravedad del síndrome y la recurrencia de desencadenantes que puedan provocarlo, este está subdiagnosticado lo que implica que ante un caso en urgencias no es directamente considerado ni existe un consenso acerca de su tratamiento.

Otros efectos del Nolotil

Hinchazón de pies, manos, labios, garganta o vías respiratorias, dificultad para respirar, reacciones alérgicas, molestias gastrointestinales, alteración del ritmo del corazón, disminución de la presión arterial o broncoespasmo grave son también algunos de los efectos de este medicamento.

Además, si aparecen úlceras en la boca, garganta, nariz, genitales o en los ojos, parches rojizos o circulares en el tórax, ampollas centrales o percibes descamación de la piel tras la toma de Nolotil, es posible que se esté sufriendo algunos de sus alarmantes efectos. Estos suelen ir precedidos de fiebre y manifestaciones gripales.

La lista continúa si se añaden los síntomas de vómitos, nauseas, cansancio, pérdida del apetito, orina oscura, coloración de la piel amarillenta o de la parte blanca de los ojos o dolor en la zona superior del estómago. En caso de mínima sospecha es conveniente acudir al médico pues se puede tratar de daño hepático.