Fundado en 1910
Los salones de juego con casa de apuestas que han crecido en todas las ciudades españolas en los últimos años

Los salones de juego con casa de apuestas han crecido en todas las ciudades españolas en los últimos añosP. A.

Reportaje

Yo ludópata: «La adicción es para siempre. Hay quien no puede jugar ni en Navidad»

Sólo 20.000 personas reciben tratamiento en España cuando se estima que alrededor de medio millón de españoles sufren esta adicción

Cada año el 29 de Octubre, la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) junto con todas las Asociaciones y Federaciones autonómicas que la componen, celebran el Día Nacional Sin Juego de Azar desarrollando actividades informativas de diversa índole y dirigidas a la sociedad española. Quieren concienciar e informar sobre los efectos nocivos que el juego está produciendo en nuestro país.

La ludopatía es un problema que afecta a un número cada vez mayor de personas, convirtiéndose en un problema de salud pública. De hecho, con la pandemia se ha incrementado, sobre todo el juego online.

Tal y como indica Sergio García González, coordinador de la asociación ARALAR, en nuestro país se estima que aproximadamente «entre un 0,8 % y un 1 % de la población adulta tiene problemas de ludopatía (medio millón de personas), pero si le sumamos las personas que sufren conductas de riesgo, la cifra aumentaría hasta llegar a un 5 %». Decenas de miles de ellas llegarán a desarrollar la ludopatía si no lo detectan a tiempo, de hecho solo 20.000 ludópatas reciben tratamiento directo.

Las estadísticas indican que esta enfermedad afecta más a los hombres que a las mujeres; pero lo que más preocupa a todas las asociaciones y administraciones públicas es el incremento experimentado en los últimos años entre los más jóvenes. Sergio García lo atestigua porque «el juego online tiene consecuencias más graves porque engancha antes y más rápido».

¿Qué es la ludopatía?

La ludopatía, como indica FEJAR, «consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que la persona siente una incontrolable necesidad de jugar (juegos de azar), menospreciando cualquier consecuencia negativa. Se trata de una adicción donde no se consume ninguna sustancia, aunque a veces va acompañada de otras sustancias como tabaco, alcohol o drogas, lo que se conoce como comorbilidad».

Esta enfermedad suele arrastrar primero a la persona y luego a la familia y cuesta salir del círculo del juego, por eso suele haber exjugadores en todas las asociaciones, como la formada por Jugadores Anónimos, como Paco, un miembro y responsable de las informaciones públicas, que lleva diez años sin jugar.

FEJAR, en su último congreso con las familias, reclamó mayor implicación a las administraciones públicas. Reclaman al Estado y a todas las administraciones recaudatorias una tasa finalista del 0,9 % (tasa de prevalencia de ludopatía del último estudio de la Dirección General de Ordenación del Juego),que debe aplicarse sobre este lucrativo negocio.

¿Qué es la autoprohibición?

Una de las medidas que puede tomar una persona que reconoce su adicción al juego es la solicitud de incorporación al Registro de Interdicciones del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.

Sergio García dice que hay dos cosas que deben hacer el enfermo y su familia: «Inscribirse con el DNI en el acceso restringido para no entrar nunca más en ninguna sala ni poder jugar online» y por otro lado «las familias y allegados deben activar las alertas por suplantación de identidad, porque generalmente un ludópata suele registrarse en páginas de apuestas de internet con el DNI de un familiar para conseguir los bonos o seguir jugando».

El 44 % de las personas con patologías relacionadas con el juego de azar son menores de 26 años

El 44 % de aquellos con patologías relacionadas con el juego tiene menos de 26 añosEl Debate

Los jóvenes, en riesgo

El 44 % de las personas con patologías relacionadas con el juego de azar son menores de 26 años, lo que hace necesario invertir en prevención. La asociación FEJAR tiene varios testimonios impactantes de personas que han pasado por esa situación.

Como nos relata Sergio García, estas empresas tienen dos fórmulas para 'enganchar' a sus clientes, por un lado «el marketing de estas casas de apuestas lo hicieron bien asociándose al deporte, porque al vincularse asociaron valores deportivos que no lo son. El deporte es esfuerzo, compañerismo, autocontrol, las apuestas todo lo contrario: efusividad, nada de controlarse, impulsividad, etc. De algo sano como es el deporte llegaron a contaminarlo con las apuestas». La otra forma son los famosos «bonos bienvenida, un dinero 'gratuito' para apostar inicialmente».

Lo curioso es que en España nadie vive del juego, no se conoce gente que se haya hecho rica, porque según el informe de la Dirección General de Ordenación del Juego, «las personas que ganan más de 3.000 euros al año son el 0,5 % y la realidad es que muy pocas personas ganan dinero con esto». Además, «las empresas recortan las cantidades a apostar a los clientes que tienen una racha ganadora larga».

Amalgama de profesionales

Sergio García quiere informar a la sociedad y prevenir a los futuros pacientes de estas compañías, donde «los empleados de estas empresas tienen matemáticos, estadísticos, sociólogos, psicólogos y las empresas siempre ganan».

Sobre los salones de juego y los casinos, el coordinador de la asociación ARALAR explica que «en el interior de los establecimientos no hay un reloj, jamás hay luz natural, y solamente tienen luz artificial. Se estudian la música, los sonidos, la ubicación de los elementos, de las pantallas para apuestas deportivas, la ruleta y las máquinas recreativas. Además suelen tener barra de bar o servicio de bebidas, porque, con las bebidas alcohólicas más baratas o gratuitas, el cliente aumenta su efusividad y disminuye el autocontrol».

Las máquinas recreativas conocidas coloquialmente como 'tragaperras'

Las máquinas recreativas conocidas coloquialmente como 'tragaperras'P. A.

¿Soy Ludópata?

Continúa diciendo Sergio García que «uno de los problemas que tienen los jugadores es que pierden la capacidad de valorar el dinero. Por ejemplo, una persona con la adicción al juego gana 1.500 euros al mes, que son 160 horas de trabajo y en dos días se los 'funde' y no tiene para pagar el alquiler, comer, o hacer frente a las facturas...».

Te endeudas, vendes las joyas de la familia y, aunque tengas para devolverlo, no lo haces y sigues jugando

FEJAR tiene en su web un test de ludopatía con solo 9 preguntas. El test diagnóstico está basado en criterios DSM-5.

Paco nos relata que cualquiera puede caer. Él trabajaba desde los 14 años y nos cuenta su caso: «Yo soy una persona normal, que en una etapa de mi vida, me dio por jugar. Al principio un poco, luego ya más tiempo y, al final, te da igual todo». Esta industria la mueve el dinero y Paco tenía trabajo, familia y aficiones que dejó de lado: «Solamente buscaba dinero, porque necesitaba liquidez para seguir jugando: tu sueldo, pedir a familiares y amigos prestado, endeudarte, vender las joyas de la familia y, aunque tengas para devolverlo, no lo haces y sigues jugando». Pero un día paró: «Algo hizo clic en mi cabeza y vi que no estaba bien, sabía que era un enfermo».

Sergio García quiere remarcar que en los peores casos se llega al suicidio, porque «los jugadores pasan por fases de euforia pero también por fases de arrepentimiento (en procesos cíclicos) y un 25 % de casos pueden terminar hoy en día en una desgracia aún mayor».

La labor de las asociaciones

«Las asociaciones trabajamos varios aspectos. Uno general, que es informar y sensibilizar a la sociedad. De hecho no queremos prohibirlo pero si regularlo y proteger a los colectivos vulnerables. Otro es que se conozcan los riesgos y que no se venda que es fácil ganar dinero y que estas empresas son las que mayores beneficios sacan y obtienen. Es algo que no hace casi ninguna empresa en España: tener cifras récord de ingresos», explica.

Por otro lado, «también trabajamos con los colectivos, acudimos a colegios e institutos para dar charlas a los jóvenes, a las familias, porque el tema del juego no se habla», añade.

Es curioso que un familiar cercano puede tardar mucho tiempo en detectar la adicción al juego de su ser querido. «Las familias no saben afrontarlo, pero debemos conocer la realidad, las pautas para detectarlo, etc.; por eso se trabaja con las personas con problemas con el juego, junto con las familias, psicólogos y terapeutas».

Salón de juego en Madrid

Salón de juego en MadridEl Debate

Otro modelo es el que nos explica Paco, de Jugadores Ánonimos, donde «tienen los 12 pasos de recuperación con un fondo espiritual. Tienen terapia de hora y media semanal, hay personas de todas las edades y cuando él entró hace una década, nadie conocía el juego online, algo tan extendido y de moda actualmente». Jóvenes hay dos, pero indica: «Suelen llegar ocho o diez pero solamente el 20 % permanece en el grupo».

Están repartidos por toda la geografía española y su oficina central está en Santander. Él lleva 10 años sin jugar, tiene 53 años y, como nos cuenta, «aquí se utilizan los 12 Pasos de Unidad entre los miembros». Además no participan sus familias. Estas «van a parte, en otros grupos, y solamente se juntan para eventos especiales». En Asajar, nos informa, es distinto: «Se juntan todos, la familia y el ludópata con un terapeuta, pero en Jugadores Anónimos cada sesión la lleva un exjugador».

¿Cómo detectar la adicción al juego?

Nos informa la Asociación Aralar y Jugadores Anónimos que las pautas siempre son varias: lo primero es el cambio de carácter. Dedican más tiempo al juego, abandonando las relaciones laborales, personales, familiares. Además viene acompañado de dejar a un lado sus aficiones. El dinero es el factor clave cuando una persona tiene ingresos y pide dinero o no cuadran los gastos con los ingresos. Y, por último, no cuidan su imagen.

Sergio García nos revela que «cuando se detecta que desaparece dinero, aparecen microcréditos, amigos que reclaman deudas, etc. Ese es el detonante para detectar el juego en la persona».

Adicto para toda la vida

Paco y Sergio nos confirman que «la enfermedad es para toda la vida: es una adicción». Hay personas que llevan diez, quince o veinticinco años sin jugar y que saben «que no pueden jugar ni a la lotería de Navidad». Sergio termina diciendo que, «si se tuvo la adicción, es para siempre».

En hospitales, hay unidades también a parte de las asociaciones, pero nos explica Paco, de Jugadores Anónimos, «que en su asociación son todos exjugadores, que se crearon unos estatutos y que no hay profesionales ni ayudas o subvenciones. De hecho las han rechazado y ellos mismos se buscan la vida». Y Aralar tiene alguna ayuda, pero al Estado y las autonomías les sale económico porque no se encargan de este problema como le pasa con el tabaquismo.

La sociedad debe entender que pasa algo en el cerebro de los ludópatas, ya que, como zanja Sergio García, «la pérdida de control es total, como tener el mono: los efectos cerebrales son como meterte una raya de coca...».

comentarios
tracking