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Imagen aérea del Planeta Tierra

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Ciencia

Un equipo de científicos confirma que la rotación de la Tierra puede generar electricidad

Este avance, publicado en Physical Review Research y destacado por la American Physical Society, rompe con casi dos siglos de consenso

Un equipo de investigadores de Princeton y el Instituto Tecnológico de California (Caltech) ha demostrado experimentalmente que sí es posible, generando una pequeña pero continua corriente eléctrica simplemente a partir del giro del planeta sobre su eje.

La clave del experimento está en el uso de un cilindro hueco de ferrita manganeso-cinc (un material magnético suave), diseñado con una geometría concreta y propiedades que impiden que el sistema anule por sí mismo el efecto buscado. Cuando este cilindro se orienta de forma precisa respecto al campo magnético terrestre y a la dirección de rotación del planeta, empieza a generar una corriente continua de unos 17 microvoltios, exactamente como predecía una teoría publicada en 2016 por los propios autores.

Este avance, publicado en Physical Review Research y destacado por la American Physical Society, rompe con casi dos siglos de consenso. La teoría clásica sostenía que cualquier intento de aprovechar el campo magnético terrestre para generar electricidad se vería frustrado por la redistribución instantánea de cargas dentro de los conductores, lo que cancelaría cualquier fuerza electromotriz. Pero el nuevo enfoque demuestra que, si se rompe esta simetría con una topología adecuada, el efecto sí puede aparecer.

Los investigadores llevaron a cabo rigurosos controles para descartar errores. Se midieron y compensaron posibles interferencias como el efecto Seebeck (voltajes térmicos), campos eléctricos alternos de 60 Hz o señales de radiofrecuencia. También probaron versiones modificadas del dispositivo -como cilindros sólidos o materiales con otras propiedades- que no generaban corriente, lo que refuerza la validez del diseño original. Además, repitieron el experimento en una segunda localización para asegurarse de que no se trataba de una anomalía local.

Aunque las cantidades de electricidad generadas son mínimas, el principio físico ha quedado demostrado. Y eso abre la puerta a pensar en nuevas aplicaciones: desde sensores que no requieren baterías hasta «pilas eternas» que funcionan gracias a la Tierra misma. El propio equipo señala que, con mejoras en materiales, diseño o incluso en entornos con mayor velocidad angular (como satélites en órbita), este fenómeno podría escalarse a niveles útiles.

De momento, el dispositivo no hará girar turbinas ni alimentar redes eléctricas, pero el simple hecho de que una máquina pueda generar electricidad aprovechando únicamente el giro del planeta resulta tan poético como revolucionario. Una idea que parecía imposible ha pasado del papel a la realidad, abriendo un nuevo capítulo en la física aplicada.

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