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Campaña de vacunación pediátrica contra la COVID-19 en el Hospital Universitario de Canarias, este miércoles

Campaña de vacunación pediátrica contra la COVID-19 en el Hospital Universitario de Canarias, este miércolesEFE/Ramón de la Rocha

COVID-19

Niños muertos y otros bulos sobre la vacunación infantil

La inoculación pediátrica a los menores de entre 5 y 11 años se convierte en el nuevo blanco de las noticias falsas sobre la covid

Son muchos, interminables, y, como cualquier otra falsedad difundida a gran escala, calan rápido entre la población escéptica o con dudas. Los bulos sobre la COVID-19 se han multiplicado de manera exponencial desde el estallido de la pandemia, y todavía hoy, casi dos años después de su aparición, continúan causando estragos. De los supuestos remedios naturales para tratar la enfermedad a las tergiversaciones políticas, pasando por un sinfín de disparates, el coronavirus se ha convertido posiblemente en el mayor blanco de mentiras de la historia.

También las vacunas, cuya protección ha sido sistemáticamente puesta en duda por diversos colectivos pese a que gracias a ellas el mundo ha conseguido recuperar gran parte de una ansiada normalidad. Y las infantiles, como no podía ser de otra forma después de que España haya arrancado esta semana la campaña para los menores de entre 5 y 11 años, tampoco se han librado.

Múltiples filfas se han propagado en los últimos días por las redes sociales para confundir mediante engaños a los padres o tutores responsables de los niños. Una de las más repetidas es un vídeo que muestra a 13 infantes supuestamente fallecidos en Sudáfrica debido a las vacunas y con el que se intenta cuestionar la necesidad de proteger a los menores.

Por supuesto, el contexto no es real: las imágenes corresponden a una estampida ocurrida en 2020 en un colegio de Kenia que terminó con 14 menores arrollados, una grabación que fue también empleada para un vídeo difundido en Facebook, según el cuál varios niños habían muerto en una fiesta de cumpleaños tras ingerir unas galletas.

No es el único bulo de ese tipo que circula. Otro, por ejemplo, alude falsamente a un pequeño de dos años que falleció tras recibir la segunda dosis de Pfizer. Por su parte, el activista antivacunas y exdirectivo de la multinacional estadounidense Michael Yeadon, famoso por su negacionismo falaz y torticero, aseguró recientemente y sin pruebas que las inyecciones aumentan en un 50 % las probabilidades de defunción en los más jóvenes, más que el propio virus.

Al otro lado del Atlántico, las patrañas llevan también semanas haciendo mella entre la población estadounidense. Una de ellas, sin ir más lejos, muestra un punto de vacunación para niños con un cartel que se dirige a los padres bajo el lema «Ven a vacunar a tus hijos, pero no olvides donar sus órganos». Una imagen manipulada mediante la introducción de un mensaje no real, al igual que el resto de desinformación que trata de corromper y confundir a los progenitores con diversos fines.

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