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Özlem Türeci y Ugur SahinAFP

Vacunas coronavirus

El creador de la vacuna de Pfizer: «Las personas con tercera dosis pueden transmitir la enfermedad»

Ahora mismo los laboratorios se encuentran haciendo ensayos de la variante india, una de las más preocupantes a escala mundial

El científico y cofundador de la farmacéutica alemana BioNTech, Ugur Sahin, ha asegurado que se necesitará una tercera dosis de su vacuna contra el coronavirus. Se deberá inocular entre el noveno mes y el año de obtener la segunda dosis. Según ha explicado, a los seis meses de haberse logrado la máxima inmunidad, es decir, un 97% de efectividad, esta empieza perder eficacia.

Las estimaciones de Sahin también coinciden con las del máximo responsable de Pfizer, Albert Boula, que consideró «probable» que sea necesario inocular una tercera dosis de su vacuna aproximadamente a los doce meses de haberse completado la inmunización. Además, según el director ejecutivo de la compañía estadounidense, es posible que la vacunación tenga que repetirse cada año, como ocurre con la gripe estacional.

Al margen de la duración de la inmunidad, Sahin confía en que la vacuna desarrollada por su laboratorio y distribuida junto a Pfizer sea «efectiva» también contra las variantes del coronavirus. «Nuestro método se basa en las experiencias adquiridas contra el cáncer. Experimentamos con muchas variantes y, hasta ahora, en todas hemos logrado buenos resultados», ha comunicado en una entrevista para medios alemanes.

Ahora mismo los laboratorios se encuentran haciendo ensayos de la variante india, una de las más preocupantes a escala mundial. Sahin asegura que «la variante india tiene mutaciones que ya hemos estudiado y contra las cuales funciona nuestra vacuna, lo que nos da confianza».

No obstante, la Organización Mundial de la Salud la ha catalogado a esta mutación como «de interés», en el escalón de menor peligrosidad de los tres posibles, mientras que variantes como la británica, la sudafricana se encuentran un nivel por encima, como «variantes de preocupación».

La nueva variante sudafricana ómicron presenta al menos quince mutaciones, aunque preocupan especialmente dos de ellas, que afectan a la proteína S (la espícula, que funciona como llave para que el virus pueda entrar en las células).

De esta manera, aunque seguramente la eficacia se vea disminuida ante esta versión mutada del coronavirus, cualquiera de las vacunas actuales, no solo la de Pfizer, servirán para prevenir que alguien enferme gravemente o muera ante la infección provocada por la nueva variante.

Ugur Sahin se ha mostrado cauteloso en lo que respecta a la retirada de restricciones para los vacunados. Para él, está claro que va a producirse, ya que «todos esperamos recuperar la normalidad», pero ha pedido que se evite caer en «discriminaciones» entre ciudadanos inmunizados y los que no lo están.

Según sus previsiones, cuando entre el 50 % y el 60 % de los europeos estén ya inmunizados a finales de mayo o en junio, esas relajaciones, «científicamente sensatas», «llegarían a una gran parte de la población».

En Estados Unidos, cuyo ritmo de vacunación es significativamente más rápido que el de la Unión Europea, el presidente, Joe Biden, ya ha anunciado que las personas vacunadas contra el coronavirus pueden estar en exteriores sin mascarilla, excepto en entornos muy concurridos y eventos multitudinarios, como «estadios, conciertos o centros de conferencias».

EE.UU. mantiene la recomendación de usar mascarillas y seguir otras medidas de prevención en los espacios públicos cerrados, como restaurantes, museos cines, iglesias, peluquerías o gimnasios, donde desconocemos si las otras personas están vacunadas o si tienen un mayor riesgo de contraer coronavirus grave.