El confinamiento fue una «bomba de relojería» para las familias que traían algún problema o conflicto

Este jueves 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, una enfermedad que afecta a más de 300 millones de ciudadanos de todo el mundo y que, a día de hoy, se considera la principal causa de discapacidad.

La depresión impacta en todos los grupos de edad, pero incide de manera muy significativa en los adolescentes y personas mayores.

Según el IV Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, el 20,6 % de la población española presenta síntomas de depresión moderada. Este informe también revela que las mujeres con edades comprendidas entre 26 y 40 son las que tienen más probabilidades de padecer la enfermedad, pero las que antes piden ayuda.

La psicóloga y directora del Centro de Acompañamiento a la Familia de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), Elena Arderius, comenta que la diferencia fundamental es que, generalmente, «quienes más ayuda piden al psicólogo son las mujeres, por ello que haya menos casos de muerte voluntaria en caso de depresión».

Y es que este estudio concluye, después de realizar 1.600 entrevistas, que el 25 % de las mujeres presenta sintomatología depresiva moderada frente al 16,4 % de los hombres.

Depresión durante la pandemia

La llegada de la pandemia, por otro lado, provocó un confinamiento imprevisto que se tradujo en incertidumbre, miedo y, en algunos casos, soledad.

Ante esta situación tan atípica, Arderius explica a El Debate que «durante la cuarentena se han visto dos tipos de familias: a las que les ha servido para pasar tiempo entre ellos y encontrar el sentido para vivir en familia y las que ya traían algún problema o conflicto. Para estas ha sido una bomba de relojería», señala.

Para que haya suicidio, en la mayoría de los casos, debe haber depresión e impulsividadFernando Miralles, profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo

Fernando Miralles, profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo, aclara que «para que haya suicidio, en la mayoría de los casos, debe haber depresión e impulsividad». 

«Es lo que se llama depresión ansiógena, una persona tiene tanta ansiedad que se desorganiza mentalmente y llega a la depresión», explica.

Durante la pandemia alguno de los casos se han dado debido a problemas económicos, familiares o incluso sociales.

El problema de las redes sociales

También los jóvenes que sufren adicción a las redes son susceptibles de caer en depresión.

Según el Estudio de Redes Sociales 2021 de IAB Spain, más del 11 % de los jóvenes que abusan de las redes sociales ponen en peligro su salud mental y presentan cuadros de baja autoestima, búsqueda constante de perfeccionismo, falta de contacto con la realidad y aislamiento social que puede generar ansiedad y depresión.

Gabriela Paoli, psicóloga experta en redes sociales del Centro de Psicología Gabriela Paoli, explica que «los adolescentes y los jóvenes son sin duda los más vulnerables. Están buscando y consolidando su identidad, creando su imagen y su personalidad», y,  asegura que «las redes sociales son plataformas virtuales desde la cual sociabilizar, expresarse y compartir. Esto en cerebros inmaduros puede llevar a que estos referentes se vuelvan poco saludables y tóxicos para sus consumidores llevándoles a la búsqueda de la perfección». 

Para abordar las adicciones en los jóvenes, el Instituto Brain 360 plantea la estimulación cerebral no invasiva, en combinación con la intervención psicológica.

Según este Instituto, el 35 % de los enfermos con depresión son farmacorresistentes, pero podrían beneficiarse de esta técnica no invasiva. Con motivo del día mundial, el Instituto ha presentado una guía preventiva para detectar la depresión en los adolescentes.