Carlos Ortiz: «Si conquistas la Educación Infantil, ganas la batalla ideológica»

El Consejo de Ministros dará luz verde este martes al real decreto que establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil, que se implantará para el curso 22/23. Sobre el currículo hablamos con Carlos Ortiz, director del Colegio CEU San Pablo-Sanchinarro.

–Este martes se aprueba el curriculum de Infantil, que incide en «el descubrimiento de la sexualidad y el inicio de la construcción de género». Al final ha costado darle forma.

–Una vez que se presentó el borrador del real decreto, varias asociaciones de padres plantearon hacer modificaciones, en concreto respecto a esta cuestión del descubrimiento de la sexualidad. En un primer momento, dijeron que se había modificado y posteriormente se retractaron diciendo que finalmente se mantendría esa redacción. 

Se han suavizado aspectos de la redacción, pero en ningún caso el fondoCarlos Ortiz

Junto a esto, el borrador del decreto sí experimentó algunos cambios, como la reducción del número de veces que se utiliza el término «género» (de once veces en la versión inicial a ocho en la nueva) y la expresión «estereotipos sexistas» (de siete ocasiones a cinco). El resumen es que sí que se han suavizado en la forma algunos aspectos de la redacción, pero en ningún caso el fondo. 

–¿Por qué ha dado tantas vueltas?

–La problemática en la construcción de género reside única y exclusivamente en la ideología política que quieren imponer. Partiendo de una premisa errónea en la identificación de género/sexo, desde los primeros tiempos en los que Podemos comenzó su andadura política, han ido directos a por la educación. Tienen muy claro que, si conquistan la educación, tienen el partido ganado. 

Si conquistas la educación, tienes el partido; si conquistas la edad temprana, has ganado la ligaCarlos Ortiz

No hay más que sentarse en un banco para ver cómo esta ideología de género ha calado en todos los estadios de nuestra sociedad; y aspectos que siempre se han tenido claros, han dejado de estarlos. Hasta nos da miedo a veces decir que esto está bien o que esto otro está mal: sociedad del relativismo moral que ya vaticinó San Juan Pablo II. Si conquistas la educación tienes el partido ganado, y si además conquistas la edad temprana de alumnos de los 0 a los 5 años, has ganado la liga.

–¿Existe una problemática en educación infantil que requiera abordar la construcción de género?

El curriculum de Infantil lleva mucho tiempo sin tocarse, en Madrid en concreto desde 2008. Estamos todos de acuerdo en que los tiempos cambian, y los estudios más recientes en neuropsicología y pedagogía nos hacen dar una vuelta al qué se enseña y sobre todo al cómo se enseña. 

Cuando partimos de un concepto erróneo de lo que es la persona, arrastramos consecuencias

Pero, aunque los tiempos cambien, el niño es niño y la persona sigue siendo persona ahora y cien años atrás: esto es lo que debería estar detrás de cualquier ley educativa. Cuando partimos de un concepto erróneo de lo que es la persona, hombre y mujer, arrastramos una serie de consecuencias que destruyen lo que ha llevado mucho tiempo construir.

–¿Se confunden conceptos?

–Una cosa es la construcción de género y otra muy distinta la construcción de la sexualidad: esta última empieza desde el momento de la concepción del bebé. Si hablamos de genitalidad, cosa muy distinta, sí que podemos comenzar a percibir cierta curiosidad a partir de los 6 años que tendrá su mayor explosión a los 12 años. 

Ahora bien, cuando hablamos de construcción de género, entramos en terreno pedregoso, pues promueven y defienden que el sexo –para ellos el género– es una convención social que viene del neolítico.

–Parece que los padres desaparecen de la ecuación.

–En concreto, hacen referencia tres veces a los padres (y madres, tutores y tutoras legales). Bromas aparte, partimos de una gran frase que ha sido muy repetida: los hijos no son de los padres («No podemos pensar de ninguna manera que los hijos pertenecen a los padres»). Los hijos no es que pertenezcan o no a los padres, pero por el hecho de ser padre desde luego tienes la responsabilidad de educarles y protegerles.

–¿Le sorprende la poca importancia que le da este decreto a las familias en el desarrollo educativo de sus hijos? 

–En edades tan indefensas como son las de la etapa de los 0 a los 5 años, es fundamental el papel que ejerce la familia en la educación de sus pequeños. Por ahondar más, los padres son los responsables de todo lo que sucede en la educación de sus hijos, y no meros corroboradores de los procesos de evaluación, como afirma el decreto.

–¿En qué situación queda la asignatura de religión?

Aparte de colaborar en el proceso de evaluación de los hijos, la clase de religión es la segunda gran aportación que deben decidir los padres según este real decreto. Pueden decidir si la quieren o no, pero en el caso del borrador de Infantil no plantea otra opción como sí ocurre en Primaria.

No educar la dimensión religiosa desde pequeños significa dejar coja la educación integralCarlos Ortiz

–¿Qué aporta la asignatura de religión en estas edades?

–La importancia de la clase de religión para aquellas familias que así lo desean es un derecho como otro cualquiera: formar alumnos abiertos a la trascendencia que les haga ver la vida desde otro prisma debería ser algo indiscutible para aquellas familias que quieran la asignatura de religión. No educar la dimensión religiosa desde pequeños, significa dejar cojo el concepto de educación integral.