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Médicos sin licencia inyectan botox en Reino Unido

Médicos sin licencia inyectan bótox en Reino UnidoFreepick

Sanidad

El mercado negro del bótox: esteticistas sin licencia lo inyectan en Reino Unido

Para realizar los tratamientos siempre es aconsejable ir a los registros de los colegios de médicos de cada ciudad y a las páginas de SECPRE, dermatología (AEDV) o la de medicina estética (SEME).

La Agencia Reguladora de Medicamentos del Reino Unido ha iniciado una investigación después de que un grupo de reporteros de The Times alertaran de que un grupo de esteticistas se hiciesen pasar por médicos especialistas y ofreciesen a las niñas y mujeres inyecciones de bótox del mercado negro.

Los esteticistas utilizaban las redes sociales para captar la atención de mujeres y niñas ofreciéndoles así su tratamiento como algo seguro, barato, y con resultados eficaces. Muchos de los productos que empleaban no habían pasado los controles de seguridad en el país, por lo que, aparte de no estar capacitadas para inyectar este tratamiento, desfiguraban la cara a las clientes de por vida.

Un día las reporteras asistieron a una clínica de belleza situada en Wakefiel, Yorkshire del Oeste, al entrar un hombre que se hacía pasar por médico, pero no estaba registrado en el Consejo Médico General. Les trató de convencer para que se inyectasen 25 viales de un producto sin licencia.

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Cada vez son más los informes que reciben los activistas de personas que tienen la cara desfigurada o con cicatrices faciales permanentes y bultos a causa de inyecciones con tratamientos sin licencia. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios ha comentado que está revisando los hallazgos y que «tomarán las medidas reglamentarias apropiadas cuando se identifique cualquier incumplimiento».

El secretario de Estado para la Salud, Sajid Javid, al enterarse de lo sucedido, calificó estas prácticas como «inaceptables». Además, aseguró que ya estaba investigando sobre el caso para poder «garantizar que nadie sufra daños».

¿Qué encontró la investigación THE times?

  • Los esteticistas usaron las redes sociales para publicitar inyecciones faciales con Botulax, Innotox y ReNTox, productos de Corea del Sur que no tienen licencia en Gran Bretaña.
  • Un practicante que dijo ser médico, pero que no está registrado para ejercer en Gran Bretaña, admitió haber usado Botulax porque era «más barato» y le permitía crear ofertas competitivas en una ciudad del norte.
  • Los proveedores ofrecieron vender versiones sin licencia de bótox a reporteros, sin preguntas sobre su capacitación médica o cómo se usaría el producto.
  • Las mujeres denunciaron que habían quedado marcadas de por vida debido a complicaciones después de ver que les habían inyectado productos sin licencia o ilegítimos.

Las marcas autorizadas de toxina botulínica, de las cuales la más conocida es el bótox, son medicamentos de venta con receta. Si bien las esteticistas pueden administrar las inyecciones, deben estar capacitadas y, legalmente, sus clientes primero deben hacer que las recete un prescriptor registrado, como un médico o una enfermera con una calificación adicional. El prescriptor solo debe hacer esto después de una consulta presencial.

Casos reales

Un día, dos reporteros asistieron a una de las consultas. Les atendió Vilnis, Karklins, quién dijo que era un médico capacitado en Letonia peo no registrado en el Consejo Médico General. Trató de convencerles para que se pusiesen múltiples inyecciones de Botulax en el rostro.

Tras esto, les dio unos formularios de consentimiento y pidió que tachasen el nombre de un producto con licencia y pusiesen a boli el que les iban a suministrar (Botulax). Ante esto, los reporteros le preguntaron, a lo que respondió: «Es solo forma, no importa. Es solo una marca diferente». El tratamiento, según comentó Karklins, costaba145 libras, lo que es un precio estimado de 175 euros.

Samantha Bennett, una becaria de estética de Manchester, va a casa de los pacientes que ha logrado convencer y les inyecta el tratamiento antiarrugas. Otra reportera inglesa decidió llamarla para 'probar' su tratamiento. La esteticista le ofreció 11 pinchazos en la cara con Innotox y ReNTox, que no tienen licencia para uso cosmético en Gran Bretaña.

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En su defensa, Bennett, la practicante de Manchester, dijo que no sabía que los productos que usaba no tenían licencia y que los compró a una empresa que capacitaba a practicantes. «No he hecho nada malo», argumentó.

En 2021 se convirtió en un delito penal administrar rellenos a los menores de 18 años, ya que según Javid «es totalmente inaceptable que los profesionales ofrezcan productos sin licencia o inseguros. Ya hemos tomado medidas para proteger a los niños y jóvenes del bótox fallido o los rellenos dudosos», y aseguró que «estamos investigando si es necesario hacer más para asegurarse de que nadie resulte perjudicado».

Opinión de los expertos

La doctora Obdulia Cañadas Moreno, cirujano plástico y Vocal de Seguridad de Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), explica que una mala inoculación de bótox puede complicarse de varias formas: «Hay varios efectos secundarios, como la Ptosis palpebral (caída del párpado superior) si se inyecta muy cerca del párpado superior y difunde al músculo elevador del párpado. También la reducción de efecto por creación de anticuerpos, que hace que la duración de la toxina sea menor. Esto ocurre cuando se inyecta muy seguido en intervalos menores a cuatro o seis meses. Por último, existe la parálisis muscular excesiva, por altas dosis que deje al paciente sin expresividad facial», aclara.

En España es difícil saber e identificar médicos sin licencia: «Al no tener licencia, es difícil controlar a quien hace este tipo de tratamientos sin la formación adecuada. Solo se conocen casos cuando hay alguna complicación en un paciente y, por desgracia, se descubre que el que realizó el tratamiento no tenía las autorizaciones sanitarias precisas para realizar este tipo de tratamientos», explica la doctora.

El bótox debe ser inyectado por un médico, lo más frecuente es que lo realicen cirujanos plásticos, dermatólogos y médicos estéticos. Siempre es aconsejable ir a los registros de los colegios de médicos de cada ciudad y a las páginas de SECPRE, dermatología (AEDV) o la de medicina estética (SEME).

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