Tras dos años utilizando mascarillas, ¿cómo han afectado a la voz?

Desde hace dos años la mascarilla se ha vuelto nuestro mejor aliado contra el coronavirus. Se sabe que el uso de las mascarillas reduce la infección de la covid y cada vez estamos más acostumbrados a su uso.

Uno de los principales problemas al llevar la mascarilla es a la hora de comunicarse con las personas. La persona que escucha no suele entender lo que dice el interlocutor cuando la lleva puesta, sobre todo si el ambiente es ruidoso o el receptor tiene algún problema auditivo y necesita leer los labios para poder comunicarse con claridad.

La lectura de los labios afecta también a los niños pequeños en edad de comenzar a hablar y a los estudiantes que requieres de un mayor esfuerzo cognitivo par comprender al profesor y seguir la clase con naturalidad.

Además, el uso de las mascarillas descoordina la respiración con el habla, sobre todo con las mascarillas FFP2, ya que la persona que la porta siente que se ahoga y le falta el aire al hablar. Y por último, anula por completo la interpretación de las emociones faciales.

Un estudio brasileño ha estudiado los efectos de las mascarillas y han explicado que su uso genera fatiga vocal. Ahora, según los investigadores, la gente por lo general habla más lento y grita más, por ello, el riesgo de fonotrauma o daño de los pliegues vocales cada vez es mayor.

Desde que se llevan mascarillas se han realizado 44 estudios, solo en uno se ha estudiado el efecto que tiene esta medida de protección, el 43 restante se ha empleado para analizar los problemas de piel.

Comparación del español y el portugués

Para obtener resultados fiables y poder estudiarlos, los científicos trabajaron con personas portuguesas y españolas. La lengua portuguesa posee más eses que el español, por lo que los resultados iban a ser distintos.

Para medir el nivel de esfuerzo en la voz se utilizó el Índice de Incapacidad Vocal (VHI). Consiste en un instrumento que evalúa el impacto funcional, físico y emocional de la persona a la hora de hablar.

En el estudio participaron 297 españoles y 261 portugueses que no habían sido diagnosticados con una patología vocal anterior, es decir, estaban sanos.

Tras el estudio descubrieron que los dos grupos tenían una incapacidad verbal cuando llevaban la mascarilla puesta, en torno a un 16,5 % mayor de malestar frente a no llevarla. Es más, los valores que indicaban eran similares a los que se autodescriben para las voces patológicas.

Además, los investigadores descubrieron que la mascarilla FFP2 no poseía una incapacidad mayor a las quirúrgicas o de tela.

Al finalizar el proyecto vieron que las mujeres tenían una capacidad mayor de sufrir problemas de voz (46,3), frente a los hombres (36,9 %), y, además, presentan más nódulos en los pliegues vocales.