Derecho a la vida
¿Qué se sabe del intento de derogación del aborto por parte del Supremo de EE.UU.?
El catedrático de Derecho Penal de la Universidad CEU San Pablo, Carlos Pérez del Valle, explica en profundidad los puntos sobre la posible regulación
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Hace algo menos de 50 años que se despenalizó el aborto en Estados Unidos, y parece que dentro de poco podría desaparecer en varios estados del país norteamericano. La Corte Suprema está ante una de sus decisiones más importante de los últimos años, pues podría dar un giro a la doctrina Roe vs. Wade de 1973 que levantó la prohibición a la interrupción del embarazo.
Fue a partir de ese fallo de Roe vs. Wade cuando muchos países también se lanzaron a despenalizar el aborto.
El pasado lunes, el periódico Politico sacó a la luz el borrador con el dictamen mayoritario de la Corte Suprema, firmado por el magistrado Samuel Alito, en el que explicaba que la Corte Suprema de Estados Unidos se prepararía para revocar el «derecho» al aborto.
Esta discusión ha surgido a partir de una filtración de origen desconocido y cuya autenticidad ha sido corroborada este martes por la propia Corte.
«(La sentencia de) Roe era atrozmente incorrecta desde el principio. Su razonamiento era excepcionalmente débil y la decisión ha tenido consecuencias devastadoras. Además, lejos de favorecer una solución en el tema del aborto, ha agudizado el debate y ha profundizado la división», decreta el documento de 98 páginas.
¿Es la primera vez que se filtra una decisión de la Corte Suprema?
«La realidad es que no se sabe, pero se puede deducir que el motivo de la filtración es provocar movilizaciones para que los jueces sientan presión», explica Carlos Pérez del Valle, catedrático de Derecho Penal de la Universidad CEU San Pablo.
La ponencia la está preparando Samuel Alito, por lo que es de suponer, según explica el experto, que tal y como están conformadas las mayorías en el Tribunal Supremo de EE.UU. –Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Barret, que son las tres jueces que designó el expresidente republicano Donald Trump– votarían en esa dirección.
No se sabe si esperan presión política o ciudadano, es un nuevo House of Cards
Por otra parte, estaría el voto de Clarence Thomas, el juez más antiguo designado de Corte, conservador y católico, por lo que seguramente iría en la misma línea.
Por último, anota el profesor, se encuentra el voto del presidente, John Roberts, que aún «no se sabe por dónde tirará, ya que no ha dicho nada, pero en el fondo lo que están haciendo es presionar al presidente para que coaccionen a Kavanaugh. Puesto que si hay algo claro es que Kagan, Sotomayor y Breyer, votarían en contra de esta reconfiguración, ya que son designados por demócratas. Están dando tiempo para que haya movimientos y presión. No se sabe si esperan presión política o ciudadano, es un nuevo House of Cards».
¿Qué supone esta decisión?
El efecto no va a ser de golpe. De anularse de forma definitiva, los estados no deberían seguir todos el mismo modelo. Por lo que según explica el experto tendrían la posibilidad de elegir libremente la interrupción del embarazo.
«El objetivo es dar un giro radical. A partir de esa sentencia no va a desaparecer el aborto en Estados Unidos, simplemente se va a aprobar, que los Estados que quieran, puedan establecer barreras prohibitivas del aborto superiores al margen que admitía Roe vs. Wade», apunta el experto en Derecho.
Esta decisión volverá a llevar el debate a Europa, pero no será mañana o pasado mañana, sino dentro de 20 o 30 años
¿Cuál es su efecto?
El efecto de esta modificación puede ser importante, porque en materia de aborto sería la primera vez desde los años 40 donde se da un paso en su veto: «Por un lado, se muestra que retroceder y recular es posible. Es saber decir que donde se había llegado no era lo correcto», apunta Pérez del Valle.
«Esta decisión volverá a llevar el debate a Europa, pero no será mañana o pasado mañana, sino dentro de 20 o 30 años».
¿Qué harán los Estados?
Esta posición del Alto Tribunal llega después de que varios estados ya hubieran comenzado a moverse en esta dirección hace meses. El pasado octubre, Texas prohibió el aborto a partir de las seis semanas (muy por debajo de las 26 recogidas por la legislación federal) y el Supremo dejó en manos de las clínicas desafiar esta ley. Por su parte, Misisipi apostó por reducir el periodo a 15 semanas.
Ahora bien, no son los únicos. Estados como Florida, Arizona, Virginia Occidental, Dakota del Sur, Wyoming o Kentucky ya habían comenzado a caminar en esta misma dirección. En esta línea, el profesor de la Universidad San Pablo CEU destaca que «el fundamento científico en el que se apoya Roe vs. Wade estaba ya muy pasado y cuestionado», concluye.