Coronavirus
Javier Arranz: «Lo relevante no es si la covid es 19 o 22, sino que todavía es una enfermedad muy nueva»
El portavoz de enfermedades infecciosas de la SEMFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) cree que «pretender que el virus sea erradicado por nuestras acciones no es realista»
En el actual contexto epidemiológico, claramente de tendencia alcista en cuanto a contagios, hay quien habla de séptima y octava ola, o quien pasa de largo ante la pregunta, como la propia ministra Carolina Darias.
Más allá de la terminología, hay quien, como el doctor Javier Arranz, portavoz de enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Medicina y Comunitaria, prefiere centrarse en otros aspectos.
Este especialista opina también que no le parece relevante si debemos hablar de COVID-19 o COVID-22, sino de simplemente la enfermedad de la covid. «Lo importante es que, tras dos años y medio de pandemia, sigue siendo una enfermedad muy nueva», comenta en esta entrevista para El Debate.
–¿Lo correcto es hablar de séptima u octava ola o hacer como la ministra y decir que solo es un aumento de los contagios?
–La terminología es una cosa más mediática que otra cosa. A nivel nacional se está dando un aumento de los contagios notificados oficialmente. La mayoría de las comunidades están en un ascenso, pero no todas. Parecen estar llegando al pico. Quizás sea previsible que el aumento no dure mucho. Es una situación provocada por la prevalencia de las variantes BA.4 y BA.5 y por su mayor capacidad de escape a los anticuerpos por infección y vacunas. Previsiblemente esta situación se mantendrá durante unas semanas, teniendo en cuenta que entramos en un periodo de mayor movilidad.
Parece que algunas comunidades están alcanzando ya el pico de contagios
–¿Debemos volver a la mascarilla en interiores?
–Cuando uno habla de volver a imponer medidas, posiblemente siempre caemos en la última medida que se retiró, en este caso las mascarillas. Las obligatoriedades a veces van bien, pero no tenemos claro si ahora mismo hay diferencia entre la simple recomendación y la imposición. La tendencia de aumento creemos que estará limitada en el tiempo, así que si esto se cumple no parece que sea necesario imponer nada más allá de la responsabilidad individual.
–¿Es correcto hablar de nueva enfermedad, la COVID-22?
–Desde la aparición de ómicron se vio que la mayor parte de las infecciones eran más leves, es decir, que la enfermedad había cambiado. Pero yo creo que más que la 19 o la 22, lo importante es decir que todavía estamos ante una enfermedad nueva. Y que todavía no sabemos cómo acabará. Creo que lo más correcto es hablar de enfermedad de covid, sin más. La numeración para mí es lo de menos, aunque es normal arrastrar aun las denominaciones de la pandemia.
–¿Os preocupa que las vacunas no pueden hacer frente a las mutaciones del virus?
–Una de las cosas que estamos esperando es la evolución de las vacunas, como ocurre con la de la gripe. A medida que pasen los meses las iremos viendo, con la añadidura de las nuevas variantes. El problema es llegar a la población destino, aquella que realmente deba vacunarse con un recuerdo de una vacuna un poco diferente.
Los mensajes de la OMS son globales, pero hay que diferenciar entre la situación concreta de cada país
–Tras tres años de pandemia, ¿no es momento ya de hacer balance y repasar lo que hemos aprendido y, sobre todo, qué nos queda por delante?
–A nosotros nos pareció que el cambio de estrategia en la vigilancia iba un poco en esa línea. Es verdad que a veces es complicado diferenciar entre los mensajes de la OMS, que van dirigidos a todo el mundo, y la situación concreta de cada país. Hace tiempo que tenemos claro que pretender que el virus sea erradicado por nuestras acciones no es realista. A veces hay virus que por los motivos que sean dejan de circular, pero no creo que este sea el caso. Hay que pensar que esto sigue siendo una enfermedad nueva, dos años y medio, en una enfermedad que antes no existía, es muy poco tiempo. Los tiempos en medicina no son los tiempos en la vida real. Pero nos seguirá dando trabajo en los próximos años y lo importante es que no vaya más allá. Sin olvidar al resto de patologías, teniendo la covid en la cabeza sin descuidar el resto.
BA.4 y BA.5 evaden mejor las vacunas
Las subvariantes BA.2.12.1, BA.4 y BA.5 se están expandiendo rápidamente en todo el mundo, y ya representan casi el 80 por ciento de todos los contagios en algunas comunidades autónomas españolas. Se cree que estas subvariantes son aún más transmisibles que las anteriores, debido a varias mutaciones nuevas en la proteína spike.