La Fiscalía Europea investiga posibles irregularidades de Von der Leyen en la compra de vacunas covid
La Fiscalía, que se dedica a perseguir a sospechosos de cometer fraude contra los intereses financieros de la Unión, no suele hacer públicas las investigaciones. No obstante, esta vez lo anunció a través de Twitter
La Fiscalía Europea contra el Fraude (EPPO) ha anunciado que ha abierto una investigación sobre las compras de la vacuna contra el coronavirus que gestionó la Comisión Europea en nombre de todos los Estados miembros. Esta situación pone en peligro a la presidenta, Ursula von der Leyen, que fue la que negoció y firmó el contrato con la finalidad de lograr un precio más favorable y evitar la competencia entre los socios.
La Fiscalía comunitaria, que se dedica a perseguir a los sospechosos de cometer fraude contra los intereses financieros de la Unión, no suele hacer públicas las investigaciones. No obstante, esta vez lo anunció en su cuenta de Twitter: «La Fiscalía Europea contra el Fraude confirma que tiene una investigación en curso sobre la adquisición de vacunas para la COVID-19 en la Unión Europea».
A pesar de estos datos, no ha revelado más detalles y tampoco ha revelado si hay personas concretas implicadas en esta investigación.
La estrategia comunitaria sobre vacunas permitió, según defiende la Comisión, asegurar el acceso de todos los Estados miembros y su población a vacunas de calidad y seguras, así como «liderar el esfuerzo solidario global» para que llegasen al resto del mundo.
Bruselas firmó contratos de compra conjunta para la compra de miles de millones de dosis con nueve farmacéuticas, seis de las cuales (Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Novavax y Valneva) han logrado el visto bueno a su fórmula. Las tres restantes aún no han conseguido el aval de la Agencia Europea de Medicamentos (Sanofi-GSK, CureVac y la española HIPRA).
Elusión de responsabilidades
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El proceso estuvo marcado por las críticas a la transparencia en los contratos de la Comisión Europea con los laboratorios, muchos de los cuales nunca se hicieron públicos.
También por los retrasos en la entrega de dosis de AstraZeneca que ralentizaron los objetivos de vacunación y la polémica sobre unos mensajes de texto borrados entre la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el consejero delegado de la farmacéutica estadounidense Pfizer, Albert Bourla.