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Una pareja de ancianos pasea por Madrid

Descripción de la imagenEuropa Press / Paula Andrade

Demografía

Así será la España del futuro: un país cada vez más envejecido, solitario y multicultural

El Observatorio Demográfico CEU insiste en que la llegada de más inmigración no resolverá el problema demográfico de España en las próximas décadas

España tiene por delante «un panorama demográfico lúgubre», con «una espeluznante reducción de la población española autóctona» y un «hundimiento» especialmente grave en los territorios más afectados por la despoblación. Así define el último informe del Observatorio Demográfico de la Universidad CEU San Pablo los resultados de las proyecciones de población para los próximos 50 años que difundió el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de octubre.

El trabajo, elaborado por los demógrafos Joaquín Leguina y Alejandro Macarrón, señala que las proyecciones del INE «muestran un país cada vez más envejecido, con un gran número de personas que vivirán solas, y masivamente multicultural».

De acuerdo con esta estimación, «España tendría en 2072 solo 31,85 millones de habitantes sin flujos migratorios», mientras que otros 21 millones de personas serían «población inmigrante, o hijos de esta nacidos en España».

Los expertos cuestionan estas cifras señalando que «las sociedades muy envejecidas suelen atraer menos inmigración que las que no lo están tanto», lo que se uniría a «una mayor resistencia futura de la sociedad española a aumentar su grado de multiculturalidad a partir de ciertos umbrales». Así, dudan de que la llegada de inmigrantes logre compensar la caída demográfica de España fruto de la baja natalidad.

Por ello, Leguina y Macarrón aseguran coincidir más con las proyecciones de Eurostat y la ONU que con las del INE, ya que la última plantea que España tendrá «mucha más población futura al suponer que vendrá mucha más inmigración».

Una población más envejecida

Leguina y Macarrón tampoco esperan una recuperación importante en la tasa de fecundidad, ya que, a pesar del «pequeño incremento» que el INE prevé en el número de nacimientos, la fertilidad seguiría estando a un nivel «bajísimo» que «no llegaría ni de lejos al nivel de reemplazo de la población».

En el extremo opuesto, los indicadores de envejecimiento sufrirán «fuertes incrementos»: la edad media rozará los 50 años en 2072 y cinco comunidades –Asturias, Castilla y León, Galicia, Cantabria y Extremadura– tendrán a más del 30 % de su población con 65 o más años. Estas regiones serían las únicas que perderían población, por lo que «seguirían profundizando en su declive» en el plano demográfico.

La soledad, la «pandemia» de este siglo

Por otro lado, el observatorio califica el aumento de la soledad como una «auténtica pandemia» . La proyección de hogares del INE prevé una «intensificación de la tendencia a que cada vez más gente viva sola en España, algo que ocurre en todos los países desarrollados por la baja natalidad, la baja nupcialidad y las altas tasas de ruptura de parejas».

A juicio de los autores, «la inmigración no soluciona el problema de la soledad creciente en nuestro país y en todo Occidente, muy ligado a la baja natalidad», ya que «si una persona no tiene hijos, no puede importar en su vejez un inmigrante para que le haga compañía como si fuera su hijo», apuntan.

¿La esperanza de vida crece menos?

Macarrón y Leguina muestran su sorpresa con la expectativa de reducción del ritmo de crecimiento de la esperanza de vida en España, a pesar de los «importantes avances médicos» que se producen a diario.
El INE prevé que este indicador «crezca solo 0,87 años cada década», mientras que desde finales del siglo pasado ha aumentado «2,3 años» por decenio. Así, señalan que esta hipótesis podría deberse al «pesimismo provocado por los retrocesos experimentados a causa de la pandemia de la COVID-19».
El informe también califica como «chocante» que el INE dé por hecho un aumento de la mortalidad infantil, y que además señale que esta será mayor entre las niñas que entre los niños.
«Es cierto que apenas hay ya margen de mejora en la mortalidad infantil en España», apunta, «pero es cosa distinta suponer que esa mortalidad aumentará en el futuro, máxime cuando el nivel actual de países como Suecia es ligeramente inferior al de España», concluye.
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