La 'lotería patriótica' catalana fracasa en su propósito de desbancar a la nacional

31 de diciembre, día de la 'lotería patriótica catalana'. Este era el sueño con el que el independentismo fantaseaba cuando, en 2013, la Generalitat del entonces presidente Artur Mas impulsó una fórmula con la que desmarcarse del Sorteo Extraordinario de Navidad e intentar competir contra él para desviar esos gastos hacia sus arcas autonómicas.

Tras casi diez años de andadura, el pétreo muro de realidad va tornándose cada vez más claro. Pese a registrar subidas en años puntuales (como el 2017 o el 2018, cuando en pleno auge del independentismo creció un 36 % y cosechó 30,5 millones de euros), la facturación de la llamada 'Grossa de Cap d’Any' (o 'Gorda de Nochevieja') se ha mantenido siempre muy por debajo de su homóloga nacional. Una circunstancia que, en los dos últimos años, la administración de loterías catalana ha justificado en la crisis del coronavirus (si bien su cotización se ha desarrollado siempre en paralelo al apoyo social, o la falta de él, que iba recabando el independentismo).

Cataluña no destaca, pese a todo, por su alto gasto en lotería. Cada habitante se gasta una media de 49 euros, frente a los 72,2 de Madrid o los 84,2 de Aragón. Pero la recaudación sigue siendo aplastante en comparación con la 'lotería patriótica': en 2021, la facturación fue de 382 millones de euros, 16 veces más que la de 'la Grossa', de apenas 22. Y es que la popularidad del Sorteo de Navidad, que se celebra de manera interrumpida cada año en todo el país desde 1812 es, sin duda, incomparable.

Al mismo tiempo, también difieren ambos sorteos en su precio y premio: si la Nacional se vende a 20 euros el décimo y 400.000 el Gordo; el sorteo catalán recorta ambos valores a justo la mitad: 10 el billete y 200.000 la Grossa.