Sociedad
El ocaso de Sergio García Torres, impulsor de la ley de bienestar animal
Principal promotor del texto, el director general de Derechos de los Animales prometió que dimitiría si se excluían a los perros de caza de la nueva ley
«Una ley estatal que excluya a los animales de actividad cinegética no va a salir de nuestro departamento. Antes de eso, y lo digo públicamente, la ley se tumbaría y yo dimito». Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales y principal impulsor de la ley de bienestar animal, no será el primero ni el último cargo público que no cumple sus promesas. Sin embargo, su figura queda muy erosionada después de que este jueves saliera adelante la enmienda que excluye a los perros de caza del texto final.
Su ascenso había sido meteórico. Sin apenas formación especializada –solo estudios de Artes Aplicadas a la Escultura y formador de community managers por CC.OO.–, Torres fue escalando en el mundillo del activismo animalista hasta llegar a Izquierda Unida. De ahí pasó a Equo y finalmente en Podemos. En esta formación supo arrimarse a la luz de Pablo Iglesias para acabar de responsable del área de Ecología, Sostenibilidad y Derechos Animales de Podemos.
Sería candidato en las autonómicas de 2019, pero se quedó a las puertas. Sin embargo, y con la llegada del partido al Gobierno de coalición, Iglesias le colocó a dedo en una Dirección General de reciente creación para el reparto de subvenciones a entidades afines con un presupuesto de seis millones y un sueldo de 86.108,02 euros.
Su nombramiento sorprendió a propios y extraños al tratarse de una persona sin apenas experiencia en la gestión y conocido por su radicalismo en esta materia. No en vano, justo antes de llegar a la Dirección General de Derechos de los Animales –dependiente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 de Ione Belarra–, García Torres borró hasta una docena de mensajes de Twitter, igual que hicieran otros miembros de Podemos cuando se filtraron sus nombres para ocupar cargos públicos.
Su primera medida, Viopet, consistió en un proyecto de acogimiento de animales de víctimas de violencia de género hasta que estas pudieran hacer cargo de ellos. Desde entonces no se le conocen más propuestas más allá del DNI para perros o la videovigilancia en mataderos. Finalmente, y año y medio después de su nombramiento, este antiguo community manager de Podemos presentó el Proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales.
Ley de bienestar animal
El texto era un batiburrillo de propaganda animalista, prohibiciones varias y creación de nuevos organismos, pero el punto más conflictivo estaba en los perros de caza. El PSOE, presionado por algunos barones autonómicos, se había comprometido con el sector cinegético a excluir a estos animales de la ley, pero no cumplió su promesa y el consiguiente cabreo del mundo rural sacó a medio millón de personas a las calles de Madrid.
Ante el desgaste electoral que supondría esta ley fuera de los núcleos urbanos, los socialistas presentaron una enmienda para excluir a los perros de caza, lo que inició un enfrentamiento con Podemos. Tras semanas de bloqueos, la formación morada aceptaba a regañadientes la corrección de los socialistas para su aprobación en el Pleno del Congreso.
Precisamente, el partido animalista Pacma ha sido el primero en pedir su cabeza. «En numerosas ocasiones, desde el Ministerio de Derechos Sociales se ha afirmado que el Proyecto de Ley no se aprobaría excluyendo a estos animales. El director de la Dirección General de Derechos de los Animales, Sergio García Torres, debe dimitir por faltar a su palabra», señalan.
De momento, García Torres solo ha publicado un tuit en el que asegura que el PSOE «da un paso atrás en la protección de los animales, por orden de quien no quiere que tengan una ley que los proteja. Aún pueden enmendar este error y situarse con quien creemos que merecen protección». Sin apoyos y con su gran propuesta cercenada por el PSOE, es cuestión de tiempo que se vea forzado a cumplir su palabra.