Temor ante una nueva explosión mundial de contagios por la posibilidad de nuevas variantes chinas

Una explosión de contagios de la covid-19 en China tras el levantamiento de las restricciones sanitarias amenaza con crear un «potencial caldo de cultivo» de nuevas variantes del virus. Aunque la Comisión Nacional de Salud china dejó de publicar los datos diarios de contagios por el virus, las autoridades de varias ciudades estiman que cientos de miles de personas se contagian cada día.

A partir del 8 de enero, China será un país sin cuarentenas. Los turistas que vayan a visitar el país no deberán someterse a ninguna prueba, tampoco quedarán encerrados en caso de ser positivos. Esta situación preocupa a los expertos porque «China tiene una enorme población y una inmunidad limitada. Son las condiciones perfectas para el surgimiento de una nueva variante», alertó Stuart Campbell Ray, experto de enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins.

Con la circulación casi libre del virus entre una población de aproximadamente 1.400 millones de personas, la mayoría carente de la inmunidad que proporciona la vacuna de la covid-19, otros países y expertos temen que China sea un terreno fértil para nuevas variantes, y es que, según aclara Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, cada nuevo contagio es una nueva posibilidad de que el virus mute.

La única función del virus es sobrevivir entre las personas, por ello muta, para vivir el mayor tiempo posible y ser más efectivo. El el dotor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, detalla que el virus «no busca crear una enfermedad grave, porque si mata a su huésped no tiene donde sobrevivir, por ello el virus tiende a mutar hacia cepas más leves». No obstante china se está convirtiendo en un potencial criadero del virus.

«Una sopa» de más de 500 subvarantes

Para tratar de controlar las cepas y estabilizar al virus, los hospitales del país comenzarán a recoger muestras de pacientes para analizar la secuenciación. Esto permitirá seguir en tiempo real la evolución del virus y avisar del surgimiento de nuevas variantes.

En China, en los últimos tres meses se han detectado más de 130 derivados de la variante ómicron. Entre ellos están XXB y BQ.1 y sus subvariantes, que se propagan en Estados Unidos y partes de Europa. No obstante, BA.5.2 y BF.7 se mantienen como los sublinajes principales del país. Es decir, «una sopa» de más de 500 subvariantes de ómicron se ha identificado los últimos meses, aunque es difícil decir dónde emergió cada una.

La propagación del virus con nuevas cepas es preocupante, ya que «cualquier variante cuando es más transmisible que la dominante previa, como BQ.1, B2.75.2, XBB, CH.1 o BF.7, definitivamente representan amenazas porque pueden causar nuevas olas», explicó Xu Wenbo, director de control viral del Centro de Control de Enfermedades chino.

«Pero hasta donde sabemos ninguna de estas variantes conocidas parece exhibir riesgos particulares de síntomas más severos, aunque eso podría darse con las nuevas variantes en el futuro», concluyó.

La UE no tomará medidas restrictivas

El pasado jueves, ante el aumento de contagios en China, los Estados Miembros de la Unión Europea acordaron mantener una «vigilancia activa» pero sin imponer de momento ninguna restricción.

De la reunión de emergencia salió el compromiso de seguir en contacto para examinar posibles iniciativas conjuntas, como las que ya reclama públicamente Italia, que hace pruebas rápidas de detección a todos los viajeros de China.

La Comisión Europea convocó el Comité de Seguridad Sanitaria, que reúne a los representantes de los Ministerios de Sanidad de los Veintisiete, para plantear una decisión «coordinada». «La coordinación de respuestas nacionales a amenazas transfronterizas graves para la salud es crucial», ha subrayado el Ejecutivo comunitario al término de la reunión, que ha recalcado que «necesitamos actuar de manera conjunta y seguiremos con nuestras discusiones», ha explicado la Comisión en redes sociales.