Sociedad
2022, el año de la vacuna española que nunca llegó
El Gobierno se ha pasado un año anunciando una dosis que todavía no ha recibido la autorización de la Agencia Europea del Medicamento
España pretendía convertirse en 2022 en el séptimo país en sacar al mercado una vacuna propia contra el coronavirus. Pero el año ha llegado a su fin y la gran esperanza del Ejecutivo, Hipra, sigue sin recibir la autorización de la EMA. Además, el Gobierno tendrá que pagar por las dosis lo mismo que cualquier otro estado de la UE a pesar de haber invertido una importante cantidad en su desarrollo. Un negocio nefasto.
El pasado año, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, aseguró que la vacuna de la farmacéutica catalana estaba lista y solo faltaba la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que podría llegar a comienzos de 2022. Este organismo comenzó la revisión continua –paso previo a la obtención de la autorización de comercialización– el 29 de marzo, lo que llevó a la compañía a asegurar que recibiría luz verde «a finales de mayo o principios de junio». Era tal la confianza, que el Gobierno la incluyó en el calendario vacunal de otoño. El año ha finalizado y seguimos esperando.
Esta revisión continua –conocida como rolling review– fue el mecanismo que la EMA utilizó durante la pandemia para acortar los tiempos y sacar al mercado las primeras dosis en un momento de extrema necesidad. Así, la dosis de Pfizer –la primera en salir al mercado– solo necesitó 21 días para conseguir la autorización; Moderna (37 días), AstraZeneca (17) y Janssen (22) siguieron caminos similares.
Ahora las necesidades son distintas y es lógico que la EMA se tome su tiempo… Pero son ya nueve meses. ¿Podría tratarse de un problema de eficacia? A diferencia de otras dosis europeas que finalmente no recibieron la autorización, los ensayos clínicos mostraron que Hipra es especialmente efectiva en personas que han recibido previamente dos dosis de Pfizer y contra las subvariantes de ómicron BA.2 y BA.4/BA.5, causantes de la gran parte de los contagios que se están registrando en la actualidad. Tanto retraso es, por tanto, insólito.
Hipra, por su parte, no tiene dudas de que recibirá la autorización. De hecho, la Comisión Europea firmó en verano con la compañía un contrato para la compra de 250 millones de dosis de la vacuna para su distribución en los países de la UE. Estados entre los que estará España que, a pesar de haber invertido una buena tajada de dinero público en su desarrollo (14,7 millones), tendrá que pagar al mismo precio que sus socios comunitarios.
Según el contrato de compra, revelado por El Economista, no podrá haber diferencias de precio entre los Estados miembros, a pesar de la inversión del Gobierno. Inversión, por cierto, que no ha sentado bien a los otros desarrolladores. Es el caso de Luis Enjuanes, que lleva meses trabajando en el desarrollo de una vacuna intranasal –el método que los estudios han revelado como más efectivo–. Este virólogo cree que estarán listas para finales de 2023 y ha sido uno de los más críticos por la falta de apoyos. «Hacer los ensayos clínicos con personas y comercializar la vacuna sin el apoyo del Gobierno y de una multinacional poderosa, es una tarea casi imposible», señalaba hace unos meses en un claro mensaje al Ejecutivo.
Del resto de vacunas españolas tampoco hay novedades. Las de Mariano Esteban y Vicente Larraga están esperando la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para comenzar la fase de ensayos clínicos en humanos y no hay fecha prevista para su comercialización.