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Para poder denunciar una violación es importante que las mujeres conozcan e interioricen una serie de recomendaciones

Para poder denunciar una violación es importante que las mujeres conozcan e interioricen una serie de recomendacionesPexels

El protocolo que tiene que seguir una víctima de violación para no destruir pruebas

Es esencial que no se duche o se cambie de ropa, ya que se podrían perder restos biológicos esenciales para la investigación

Las denuncias por violaciones han ido en claro aumento desde hace varios años. Cuando en el tercer trimestre de 2016 eran 947, en el tercer trimestre de 2022 –último balance que hizo público el Ministerio del Interior– eran 1.942. Un número que también ha aumentado si observamos el de un año inmediatamente anterior, cuando fueron 1.599. Este crecimiento que llama la atención si tenemos en consideración que el Gobierno ha destinado 525 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al Ministerio de Igualdad.

Para poder denunciar una violación es importante que las mujeres conozcan e interioricen una serie de recomendaciones que las ayudarán a no destruir pruebas y facilitar la labor de médicos e investigadores.

En caso de que ocurra en un lugar público, como podría ser una discoteca, es primordial que se cumpla el protocolo para este tipo de establecimientos, como ocurrió en el caso de la presunta víctima del futbolista Dani Alves, que ya se encuentra en prisión. En la sala Sutton de Barcelona se atendió a la víctima de inmediato y se la aisló hasta que llegaron los Mossos d'Esquadra, para conservar así todas las pruebas de la presunta violación.

Qué hacer si ocurre en la calle

Si el ataque se produce, por contra, en la vía pública, lo primero que debe hacer la víctima es garantizar su seguridad buscando un lugar seguro y confirmar que el agresor no se encuentra en las inmediaciones. A continuación, el siguiente paso es buscar ayuda. Lo ideal sería llamar a un amigo o a un familiar para explicarle la situación y que proporcione el apoyo y la cordura necesarios en una situación como esa. En caso de no contar con nadie, se deberá de llamar al teléfono de emergencias.

Es importante acudir directamente al hospital o a denunciar sin ducharse o cambiarse de ropa. Médicos y expertos jurídicos insisten en este sentido, y es que al ducharse o cambiarse se estarían eliminando pruebas biológicas que pueden ser valiosas a la hora de demostrar la agresión. De igual forma, es recomendable evitar beber agua o comer si se ha producido una violación oral por el mismo motivo, la destrucción de restos de ADN que puedan haber quedado en esa cavidad.

En el hospital

Una vez en el centro hospitalario, se aplica un protocolo que puede variar por comunidades autónomas u hospitales pero que, en esencia, contiene los mismos patrones de actuación. Se somete a la víctima a una serie de pruebas que pueden llegar a durar más de tres horas. No obstante, antes de esto los profesionales hablarán con la agredida para calmarla y explicarle las actuaciones que se van a realizar.

Se comienza con una exploración física y ginecológica que, en caso de que se haya interpuesto una denuncia, debe realizarse conjuntamente por el médico clínico y el forense para evitar reconocimientos posteriores y asegurar la recogida adecuada de las muestras. En caso de no haber denunciado –puesto que muchas víctimas acuden directamente al centro médico–, deberán dar su expreso consentimiento para que el forense intervenga y pueda enviar las pruebas al juez de guardia.

Si se ha producido agresión anal, deberá haber además una exploración del cirujano. Asimismo, se produce una valoración psicológica y se aplica, si así ven conveniente los expertos, un protocolo de profilaxis de enfermedades de transmisión sexual y embarazo, así como el tratamiento de las lesiones y la prevención de las secuelas psíquicas.

Durante todo este proceso, los profesionales tomarán nota de los comportamientos psicológicos de la presunta víctima. Entre ellos, las manifestaciones somáticas (temblor, sudoración, palidez, alteraciones respiratorias o digestivas), el comportamiento verbal (tartamudez, bloqueo del habla, mutismo o verbalización excesiva) y las alteraciones comportamentales (hiperactividad, hipervigilancia, pasividad, ansiedad, vergüenza, vulnerabilidad, desconfianza, temor al contacto físico...).

Control posterior

Los hospitales ofrecen un seguimiento a las víctimas con varios controles repartidos en varios plazos: a los 10 días, a las cuatro-seis semanas y a los seis meses. De esta manera, se valora la evolución de las lesiones físicas y psicológicas y se revisan los resultados de las pruebas realizadas en Urgencias para decidir sobre la actitud terapéutica posterior.

Asimismo, los profesionales pueden solicitar la repetición de las pruebas, los cultivos o la serología de sífilis o VIH. En el hipotético caso de que las pruebas que fueron negativas en Urgencias se positivicen en el seguimiento posterior, se le comunicará a la víctima para que pueda adjuntarlo a la denuncia judicial en caso de haberla presentado ya.

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