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La ley de eutanasia se cobra una vida en España cada 24 horasPixabay

El gran negocio de la eutanasia y la ausencia de una ley de cuidados paliativos

Más del 60 % de los enfermos que necesitan atención médica específica no la reciben

El 25 de junio de 2023 hará tres años de la implantación de la ley de eutanasia, una norma que mata en España a una persona cada 24 horas. Por desgracia, cada vez son más los países que cuentan con marcos legales que permiten el suicidio asistido y, actualmente, son nueve los países en los que se puede acceder a esta polémica administración de fármacos –Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Austria, Canadá, Colombia, España y Nueva Zelanda–.

La eutanasia se dispara. Cada año aumenta el número de muertes asistidas notificadas en los países donde está legalizada. En Bélgica, donde es legal desde 2002, los suicidios se han multiplicado por 10 desde su implantación, pasando de 235 a 2.699. En Países Bajos se pasó de los 1.815 de 2006 a los 7.666 de hace dos años y en Canadá, donde se legalizó en 2016, el 2,5 % de las muertes son a través de muertes asistidas.

El Gobierno español decidió en 2021 implantar la eutanasia pese al rechazo de la oposición, que recurrió la ley ante el Constitucional, y sin tener en cuenta la opinión de los expertos, al igual que ocurrió con la ley del aborto. Según los datos que maneja el Ejecutivo, gracias a la norma, un español decide matarse cada 24 horas.

En lugar de fomentar la lucha por la vida, cada vez más se facilita el acceso al suicidio asistido. En Bélgica y Holanda, por ejemplo, se permite su solicitud a enfermos que no están en situación terminal, enfermos psiquiátricos o con demencia, menores de edad y a personas que, simplemente, están «cansadas de vivir» o con la «vida completada».

La eutanasia supone un gran negocio. Aunque en España no hay datos accesibles, en Países Bajos, una clínica especializada en practicar eutanasias llega a cobrar 3.000 euros de las compañías de seguros por cada una de ellas.

No hablemos ya de los gastos que suponen los suicidios asistidos para el Estado. En Canadá, la implantación de la eutanasia acarreó un gasto de 100 millones de euros anuales.

Sin ley de cuidados paliativos

En España no existe una ley de cuidados paliativos que asegure esta atención médica. De hecho, más del 60 % de los enfermos que necesitan cuidados paliativos específicos –aproximadamente 77.000– no los reciben, lo que sitúa a España a la cola de Europa en este aspecto.

La Sociedad Española de Cuidados Paliativos denunció las «prisas» del Ministerio de Sanidad por implementar en el sistema sanitario la ley de la eutanasia y dejar aparcada la ley de cuidados paliativos que prometió en 2019. Desde la asociación recuerdan que los cuidados paliativos consideran al enfermo como un ser vivo y la muerte como un proceso natural.

Juan José García, médico anestesista y ex secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Toledo, recuerda que la gran parte de facultativos apuestan por una ley general de cuidados paliativos como base para el cuidado de los pacientes. «Se necesita y no lo hay», asegura. Los cuidados paliativos no solo alargan la vida, sino que ayudan al paciente en su transición natural hacia la muerte. «Es lo que tenemos que hacer los médicos, ayudar al buen morir», sentencia.

Desde la Asociación Madrileña de Cuidados Paliativos, la expresidenta Belén Martínez Cruz apuesta por cuidar la vida hasta el final y asegura que el valor de las personas que trabajan en cuidados paliativos es «creer en lo que hacen», y creer que tiene la misma importancia salvar una vida que cuidarla hasta el final.

Los avances científicos nos permiten conocer cada vez más aspectos relacionados con el final de la vida. Aunque la prioridad de la investigación sea curar las enfermedades, «se debe poner más atención a crear tratamientos paliativos» que hagan más llevadera la muerte, que se debe entender como una parte más de la vida. Los aspectos psicológicos, en ese aspecto, son importantes.

Martínez Cruz exige ayudas prácticas, ya que si Sanidad prestara más atención a los paliativos, las personas podrían terminar su vida de una forma digna y rodeadas de sus seres queridos. Si así fuera, muchos menos casos requerirían ayuda para matarse.