Fundado en 1910

El uso intensivo de los rodenticidas puede hacer que los roedores se vuelvan resistentes a ellosGTRES

Las 'superratas' resistentes a los pesticidas se extienden ya por 12 comunidades de España

En Madrid, la frecuencia de mutación alcanza el 21 % en el alcantarillado

Ya se venía advirtiendo desde otros países del mundo: las ratas se están haciendo resistentes. Un grupo de científicos británicos llegaron a principios de este mes a la conclusión de que el 78 % de las ratas y el 95 % de los ratones tienen genes que hacen que toleren ciertas sustancias utilizadas para su eliminación.

Ahora, un estudio realizado en España lo confirma e identifica mutaciones genéticas que confieren resistencia a los raticidas (rodenticidas) anticoagulantes. Los investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han publicado su trabajo en la revista Chemosphere.

El informe avisa de que en 12 de las 17 comunidades autónomas de nuestro país ya se han encontrado animales con este tipo de mutaciones que las hace resistentes a este tipo de sustancias utilizadas para acabar con ellas.

Esto puede provocar serios problemas en las ciudades y el campo, y es que se trata del veneno más utilizado para acabar con estos roedores y único método de control eficaz disponible a escala masiva. Estos animales tienen un mayor impacto en la producción agrícola y en la salud pública, especialmente la rata de alcantarilla (Rattus norvegicus) y la rata negra (Rattus rattus).

Los rodenticidas anticoagulantes inhiben la enzima vitamina K 2,3-epóxido reductasa (VKORC1), que es responsable de mantener el equilibrio entre sus formas oxidada y reducida. La inhibición de la VKORC1 impide la activación de los factores de coagulación, provocando la muerte del animal por hemorragia interna.

Sin embargo, el uso intensivo de los rodenticidas anticoagulantes puede hacer que los roedores pierdan su susceptibilidad y se vuelvan resistentes a ellos. Las resistencias genéticas a este tipo de rodenticidas se asocian principalmente a mutaciones o polimorfismos de nucleótido único en el gen que codifica para VKORC1. Cualquier aumento de la resistencia en las poblaciones de roedores provocaría problemas de control de plagas que podrían causar graves problemas agrícolas, ganaderos y de salud pública.

En las poblaciones de ratas de alcantarilla se encontró la mutación S149I con frecuencias que oscilan dependiendo del número de muestras recibidas. Por ejemplo, en Madrid la frecuencia de mutación alcanza el 21 % en el alcantarillado. Lo mismo ocurre con las poblaciones de rata negra, que mostraron hasta cuatro mutaciones, con una frecuencia que alcanza el 32 % en la posición S149T, con significación estadística mayor que la rata de alcantarilla.

Los autores concluyen que las estrategias basadas en una gestión integrada de plagas deberían reducir el uso de plaguicidas y restringirlos al uso profesional para disminuir sus posibles efectos adversos sobre la fauna silvestre y la probabilidad de aparición de resistencias. «Para una correcta gestión del uso de rodenticidas anticoagulantes, es importante identificar la evolución de la resistencia a lo largo del tiempo, monitorizando, entre otros, los cambios genéticos en el gen que codifica para VKORC1 en las poblaciones de roedores» concluye Azucena Bermejo-Nogales, autora del estudio.