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Infecciones por hongos: la gran pandemia que nadie conoce

Para la mayoría de los patógenos fúngicos no se dispone de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles

La covid nos ha enseñado que un virus puede llegar hasta el rincón más pequeño del planeta y contagiar a toda la población. Aunque sea la pandemia de origen infeccioso más reciente, no es la única. A lo largo de la historia se han producido varias, como la de la gripe A en 2009 o la Gripe Española en 1918, sin olvidarnos del dengue, el ébola o el zika, aún vigentes.

No obstante, aunque no se conozca, entre nosotros permanece una pandemia silenciosa, constante y de gran mortalidad. Se trata de la provocada por los hongos microscópicos. Los patógenos fúngicos suponen una amenaza importante para la salud pública, ya que son cada vez más comunes y resistentes al tratamiento. De hecho, actualmente solo se dispone de cuatro clases de medicamentos antimicóticos y hay muy pocos candidatos en fase de desarrollo clínico.

Para la mayoría de los patógenos fúngicos no se dispone de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles, y las que existen no están disponibles de forma generalizada o no son asequibles a nivel mundial.

Según la declaración de varios epidemiólogos a The Conversation, se estima que más de 1,5 millones de personas mueren cada año por infecciones de hongos, cifra superior a la provocada por la tuberculosis o la malaria, sin ir más lejos.

Analizando la magnitud de los casos y la importancia que tiene en la sociedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado una lista de hongos especialmente peligrosos. Esta clasificación muestra que estos patógenos, a pesar de ser muy peligrosos y conocerse entre el mundo científico, no reciben la atención ni los recursos suficientes. Esta situación complica «la estimación de su impacto global e impide un programa de actuación más preciso».

Entre los más significativos incluye especies patógenas de levaduras, hongos filamentosos o dimórficos pertenecientes a los géneros Candida –que causa candidiasis–, Aspergillus, Cryptococcus, Histoplama, Blastomyces y Coccidioides o la Candida albicans, considerada la cuarta causa de infecciones sistémicas dispersas por el torrente sanguíneo y resistente a todos los antibióticos.