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Mina de litio en ChileCreative Commons

Litio: el elemento fundamental para la transición climática

Entre otros muchos usos, constituye un metal necesario para la fabricación de las baterías utilizadas en los coches eléctricos

En nuestra sociedad actual dependemos de muchos materiales para la producción de de objetos que antes no estaban presentes en nuestro día a día. Es el caso de teléfonos móviles, baterías, electrodomésticos, aparatos tecnológicos, placas solares o aerogeneradores. Para todos ellos se utilizan minerales como el tungsteno, el grafito, el coltán, el telurio o las tierras raras.

Pero entre ellos vamos a fijarnos en el litio, llamado también «oro blanco» debido a su color plata o blanquecino. Se trata del elemento sólido más ligero y menos denso que es más o menos abundante en la Tierra, ya que está presente en la corteza terrestre en 65 partes por millón.

Este elemento se puede encontrar en las salmueras, compuestos de agua y sal que se encuentran de forma natural en ríos y lagos salados en los que no existe vida como consecuencia de ese exceso de sal.

Su extracción ha ido aumentando progresivamente desde hace unos años debido a la industria de los coches eléctricos, ya que es utilizado en aleaciones conductoras de calor y, principalmente, las baterías que utilizan estos vehículos.

El auge de este tipo de movilidad, propulsada en buena parte por las políticas que persiguen promover una transición climática hacia energías limpias e ir dejando progresivamente atrás el petróleo, ha generado un acusado incremento de la demanda de este metal.

De hecho, se espera que en los próximos años –y a pesar del frenazo que se está produciendo en estos momentos– se triplique su producción debido al aumento de las compras de coches eléctricos, sobre todo si tenemos en cuenta que la Unión Europea pondrá fin a la venta de vehículos de combustión en el año 2035, además de tener la intención de reducir sus emisiones en un 55 % para 2030.

Desde luego, si el futuro pasa por ir sustituyendo los coches de combustión por eléctricos, el litio pasará a ser un material aún más imprescindible que en la actualidad. Otra cosa será que los plazos marcados por las instituciones se cumplan y los coches de gasolina no permanezcan con nosotros otras dos décadas.

No obstante, este metal tiene más usos, en ocasiones desconocidos, como en la elaboración de cerámica y vidrio, en grasas lubricantes o en la industria farmacéutica, donde se realizan medicamentos para tratar muchas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la depresión o el trastorno bipolar.

Principales productores

Aunque en tierras raras el gran beneficiado sea China, principal productor y distribuidor de estos minerales, en el caso del litio no es así. Australia es el país más rico, y es que produjo el 46,3 %, unas 55.000 toneladas extraídas de los silicatos constituyentes de las «rocas duras», según los últimos datos proporcionados por Visual Capitalist.

Le siguen, también con porcentajes altos, varios países Iberoamericanos como Chile (23,9 %), Argentina (7,2 %) o Brasil (2,2 %), aunque China también ha conseguido colarse entre medias con un 16,2 %.

El gigante asiático, pese a ser uno de los mayores productores, es el principal importador de este metal y domina la producción del refinado y gran parte de la fabricación de las baterías de ion de litio a nivel mundial.

Por qué ha bajado su precio

El valor de este material se ha desplomado en los últimos meses. Algunos apuntan a que la burbuja ha explotado, y se debe en gran parte a que China ha dejado de subvencionar a la industria de los coches eléctricos. Las ventas, por tanto, han caído, y la demanda de litio para la fabricación de sus baterías, también.