Beber agua del grifo: un gesto que contribuye a mejorar el medio ambiente

Cerca del 60 por ciento del cuerpo humano está constituido por agua. Un líquido esencial para nuestra vida, así como para el del resto del ecosistema. Por eso es importante seguir los consejos médicos y beber cerca de dos litros de agua al día.

Pero, ¿qué tipo de agua debemos ingerir? El debate entre mineral o del grifo siempre ha estado sobre la mesa. Muchas personas eligen la embotellada porque les sabe mejor –a pesar de ser insípida– o porque existe la creencia de que es de mejor calidad que la corriente. Un error.

Y es que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó un informe en el que concluía que la mejor opción es el agua del grifo, no solo por su buena calidad general en toda España, sino también por el ahorro económico que conlleva y por el beneficio que supone para el medio ambiente.

Según datos de Greenpeace, tan solo los fabricantes de bebidas producen más de 500.000 millones de botellas de plástico de un solo uso cada año. Unos objetos que tardan la friolera de 500 años en desintegrarse, pudiendo ascender a mil años en el caso de que esté compuesta por Polietileno Tereftalato (PET).

Este dato no sería tan preocupante si todos estos envases se reciclasen. Sin embargo, la tasa media de reciclaje de envases plásticos en Europa en 2020 es del 46 %, una cifra que se queda corta.

Además de la generación de envases, el consumo de agua embotellada también conlleva un aumento de los transportes. Estos, a su vez, contaminan el medio ambiente debido a que la mayoría de estos vehículos utilizan gasolina o diésel, ambos con efectos nocivos para el planeta.

Por todo esto, la OCU concluye que el impacto sobre el medio ambiente es al menos 100 veces superior si bebes agua mineral.

Ahorro económico

Para más inri, el consumo habitual de agua del grifo puede suponer un ahorro en los bolsillos de muchas familias. Según el Ministerio de Agricultura, el precio medio del agua mineral envasada es de 0,21 euros por litro. Si tenemos en cuenta que se consumen a diario unos dos litros al día, la factura asciende a 150 euros al año.

Por el contrario, el agua del grifo supone uno de los suministros más baratos de todos los que tenemos en casa. Su precio varía en función de las ciudades, pero la media nos dice que el agua corriente supone un gasto de poco más de un euro al año.