Francia abandona las políticas 'verdes' y agiliza la construcción de reactores y centrales nucleares
Cerca de un 70 % de la electricidad que genera el país vecino proviene de esta fuente
Aunque ya no ocupe tanto espacio en periódicos y telediarios, la crisis energética generada a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania continúa vigente en Occidente. Por ello, Europa acelera proyectos para dejar de depender del gas ruso, como es el caso del H2Med, un gasoducto submarino propuesto entre Barcelona y Marsella que transportará hidrógeno verde.
Pero cada país también está haciendo sus apuestas particulares. Y Francia lo tiene muy claro: todo a la nuclear. La Asamblea Nacional aprobó esta semana agilizar los trámites relacionados con la construcción de nuevos reactores nucleares, lo que permitirá la construcción de seis reactores de tipo EPR2 (segunda generación europea) y la posibilidad de agregar otros ocho mediante la aceleración de los procedimientos.
Lo que pretende Macron es que, para la fabricación de estos nuevos reactores, no sea necesario solicitar nuevos permisos de construcción cuando estos se sitúen en las inmediaciones de las centrales ya existentes. De igual forma, la nueva normal permite prolongar la vida útil de estos reactores.
Con ello, dejan atrás la política 'verde' y contraria a las nucleares impuesta por el expresidente socialista François Hollande –del que Emmanuel Macron era ministro de Economía, Industria y Nuevas Tecnologías–. En 2015 aprobó una ley que congelaba la potencia de la energía nuclear y se ponía el reto de que en el año 2025 no supusiera más del 50 por ciento de la producción de electricidad. Además, el texto proponía el cierre de doce reactores existentes, una tendencia que ahora se quiere revertir, aumentando además la capacidad de las centrales nucleares existentes.
Los diferentes grupos parlamentarios coinciden en que esta demonización de la nuclear ha generado un gran coste social y económico, ya que conllevó una caída en la producción de energía. Es el motivo por el cual el actual presidente, Macron, de la mano de la derecha tradicional (LR) y los comunistas (PCF) le pondrán punto final a estas restricciones apostando de nuevo por la nuclear.
Una sociedad nuclearizada
Lo cierto es que Francia siempre ha sido uno de los países más nuclearizados y continúa en cabeza de toda la Unión Europea, ya que cuenta con un parque de 56 reactores que, en condiciones normales, generan un 70 % de la electricidad.
Una posición que Hollande quiso abandonar para centrarse en las renovables pero que, viendo la urgencia provocada por la guerra de Ucrania, han llevado a Macron a la necesidad de relanzar el modelo nuclear. Sin embargo, la ley de 2015 imponía trabas que lleva meses retrasando las ambiciones del centrista, que pasan por construir estos nuevos reactores y centrales.
La ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, ha adelantado el objetivo a 2027 para «la primera colada de hormigón», y 2035-2037 para la puesta en marcha de estas nuevas bases. Este debate, sin embargo, llega en un momento delicado, ya que la pasada semana se descubrió una grieta importante en un reactor de la central nuclear de Penly, en el noroeste de Francia. Una situación que ha obligado a prolongar las paradas en otras instalaciones del país para realizar comprobaciones, según indicó un responsable de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN).