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Gatos callejerosFreepik

¿Qué son los gatos comunitarios? Así es la nueva clasificación de la ley de bienestar animal

La norma recoge un modo de actuación con este tipo de felinos para «controlarlos, cuidarlos y protegerlos»

Los gatos, junto con los perros, son los animales que más modificaciones sufrirán en su día a día –y en la de sus dueños– cuando entre en vigor la ley de bienestar animal, que ya ha finalizado su tramitación parlamentaria. A pesar de las quejas de veterinarios, empresarios de tiendas de mascotas y personas relacionadas con el ámbito rural, la norma ya está aprobada y ahora solo queda esperar a su implementación.

El texto, que busca la tenencia «responsable» de mascotas, hace una clasificación de los diferentes tipos de gatos. Todos los felinos están enmarcados como animales de compañía, pero se establecen diferentes categorías en función a su lugar de residencia, su forma de vida o su nivel de socialización.

Una de las principales novedades es la inclusión del concepto «gato comunitario» que, según el texto, se trata de aquel «individuo de la especie Felis catus, que vive en libertad, pero vinculado a un territorio y que no puede ser abordado o mantenido con facilidad por los seres humanos debido a su bajo o nulo grado de socialización, pero que desarrolla su vida en torno a estos para su subsistencia».

Con esto se refieren, por tanto, a esas colonias de gatos callejeros que se encuentran siempre en el mismo lugar y que, en la mayoría de ocasiones, son alimentados por los propios vecinos, pero que no socializan con los humanos.

Para el tratamiento de estos animales, la ley de bienestar animal contempla un protocolo de gestión de colonias felinas. Esto supone un «procedimiento normalizado, acorde al desarrollo reglamentario establecido por la administración competente, mediante el cual un grupo de gatos comunitarios no adoptables son alimentados, censados y sometidos a un programa sanitario y de control poblacional CER, controlando la llegada de nuevos individuos».

La norma establece que corresponde a las entidades locales la gestión de los gatos comunitarios «en ausencia de otra previsión en la legislación autonómica, y respetando el ámbito competencial establecido por la legislación vigente».

Método CER

Una de las soluciones que plantea la norma para el control, cuidado y protección de las colonias felinas es lo que se conoce como método CER. Aunque probablemente sea un concepto desconocido para muchos, es algo que ya se venía poniendo en práctica en muchos municipios.

Se trata de las siglas de «Captura, Esterilización y Retorno». De esta manera, las entidades municipales tendrán que capturar a los gatos comunitarios, llevarlos al veterinario para esterilizarlos y después devolverlos al hábitat del que fueron sustraídos.

Con esto se pretende controlar la población de gatos al evitar que se reproduzcan de manera descontrolada, creando un problema para los vecinos o el resto de animales de las localidades.