Todos los casos de pinchazos en discotecas en Baleares resultaron ser falsos
La más de una veintena de denuncias por supuesta sumisión química no eran reales, según un estudio
Una supuesta moda que consistía en pinchar a mujeres en las discotecas y fiestas de toda España abría informativos el pasado verano. Las denuncias se sucedían y la psicosis entre las personas fue aumentando. Pero, ¿qué fue de aquello? ¿Por qué ya no se ha vuelto a oír hablar de ello?
La teoría era que estas personas inyectaban a las chicas algún tipo de sustancia estupefaciente para después abusar sexualmente de ellas. Sin embargo, meses después de que esta tendencia hiciese que cundiera el pánico en las salas de fiesta, los datos son claros: las denuncias eran falsas.
Así lo afirma el diario regional balear Última Hora, que tras consultar fuentes judiciales, policiales y del Instituto de Medicina Legal han llegado a la conclusión de que todas las denuncias relacionadas con los pinchazos cursadas en Baleares resultaron ser falsas.
Exponen también que los datos son extrapolables al resto de España, donde también se tiene constancia de esa falsedad en las denuncias. Estas conclusiones se desprenden de un estudio en el que no se detectó ninguna sustancia en las mujeres denunciantes y se corrobora con los datos de Policía Nacional y Guardia Civil, que sentencian que no se pudieron probar esos hechos.
Un supuesto 'boom' de casos
Tras la explosión de casos el pasado mes de julio, el fenómeno continuó reportándose en agosto, aunque con menor intensidad. Y aunque las autoridades sanitarias investigan todos y cada uno de los casos notificados, no ha habido hasta ahora un solo caso de sumisión que haya derivado en robos o agresiones sexuales.
Los datos recabados desde entonces descartan, por lo tanto, esta hipótesis: ni hay rastro toxicológico ni una inoculación por vía intramuscular o intravenosa puede llevarse a cabo en esas condiciones.
Una fiebre que alarmó a los jóvenes de todo el país que alternan en discotecas y que, con el tiempo, se ha demostrado que estaba infundada. Nadie intentó drogar a las mujeres mediante pinchazos para después abusar de ellas sexualmente. Simplemente fue una polémica creada y difundida por la prensa y algunas organizaciones políticas.