Pérez Simón: «La terapia CAR-T contra tumores supone un éxito del 65 % frente al 0 ó 10% que ofrece la quimio»
El jefe del servicio de hematología del hospital Virgen del Rocío de Sevilla cuenta a El Debate en qué consiste este tratamiento que está en fase de estudio
el hospital Virgen del Rocío de Sevilla es actualmente centro de estudio de un tipo de terapia llamada CAR-T que lucha contra ciertos cánceres. Un tratamiento cuyos resultados mejoran con mucha diferencia a los convencionales radio y quimio. El Debate se ha puesto en contacto con José Antonio Pérez Simón, jefe del servicio de hematología del hospital universitario para que nos cuente en qué consiste el estudio clínico y cómo mejora las esperanzas de vida de los pacientes.
–¿En qué consiste la terapia CAR-T?
–Es una plataforma tecnológica que permite insertar en los linfocitos del propio paciente, es decir, en sus glóbulos blancos, las células de la defensa, la información genética que necesitan para ser capaces de reconocer y destruir selectivamente células tumorales. De manera que recogemos esos linfocitos de la sangre del paciente, los sometemos a un proceso de fabricación que nos permite insertarles esta información. Y una vez hecho esto, después de un período variable de tiempo, se le reinfunden al paciente sus propias células, solo que ahora mismo ya tienen esa información que les permite ir directamente a buscar las células tumorales y destruirlas.
La terapia CAR-T convierte a los glóbulos blancos del paciente en destructores selectivos de células tumorales
-Con lo que es una fórmula que es exclusiva para cada paciente...
–Exactamente. El punto de partida son los linfocitos de cada paciente. Aunque, en la actualidad, hay muchísimas vías de desarrollo y una de ellas precisamente está en buscar CAR-T universales para que no sea necesario extraerlos de cada paciente. El uso de linfocitos autólogos es el procedimiento más extendido y, desde luego, parece que, al menos, en el medio plazo también va a ser el más eficaz.
–Y va dirigida a personas ¿con qué tipo de cáncer?
–En la actualidad se ha desarrollado esta tecnología para el tratamiento de pacientes con un subtipo de leucemia aguda que se llama leucemia linfoblástica aguda y también para otras hemopatías malignas, otros tumores de la sangre, particularmente los linfomas no Hodgkin y dentro de estos, varios subtipos. Eso es lo que está actualmente en la clínica en diversos hospitales a nivel nacional e internacional. Lo que viene son CAR-T que nos van a permitir el tratamiento de pacientes con otro tipo de tumor de la sangre como el mieloma múltiple. A partir de ahí hay numerosas vías de desarrollo e incluso ya se está dando el salto fuera de lo que es la patología tumoral. Por ejemplo, en enfermedades autoinmunes también hay ensayos clínicos en marcha y se está evaluando la eficacia de este tipo de terapia.
–¿Qué diferencia la terapia CAR-T de las conocidas radio o quimio para enfermos de cáncer?
–En números gruesos para los pacientes de linfoblástica aguda menores de 25 años, las expectativas de curación con el tratamiento convencional eran muy escasas. En los pacientes a los que hemos aplicado la terapia CAR-T, en torno al 85 % alcanzan remisión completa y en torno al 60- 65 % se mantiene a largo plazo. O sea que en términos de supervivencia libre de enfermedad, pues es un salto entre el 0y el 10 % frente al 65 %. Y en pacientes con linfoma no Hodgkin, particularmente linfoma difuso de células grandes, también se consigue en torno a un 80 % de respuestas. De ellas, en torno al 50 % son remisiones completas y se mantiene la enfermedad en remisión en torno a un 45 % de los pacientes. Por ahora los resultados no pueden ser mejores. Y lo interesante de esto es que además los pacientes no han hecho ninguna toxicidad de las que son particularmente frecuentes con este tipo de terapia.
–¿Cuántos ensayos clínicos hay en marcha actualmente?
–En España hay unos 18 ensayos para utilizar estas células en distintos tipos de tumores, no sólo en hematología, sino también en tumores sólidos.
–Háblenos del ensayo que está llevando a cabo su equipo.
–Tenemos en marcha un ensayo clínico con células CAR-T producidas en nuestro propio centro, a nivel académico, no por una farmacéutica, que ya está reclutando pacientes con determinados subtipos de linfomas. El ensayo lo estamos haciendo en conjunto con el Hospital San Pau. La singularidad que tiene nuestro ensayo es que no cogemos todos los linfocitos del paciente, sino un subtipo concreto. Estos linfocitos se llaman exten de la memoria y tienen algunas características que les hacen particularmente interesantes, concretamente que son muy longevos y esa es una de las características que se ha relacionado con la persistencia de la remisión de la enfermedad a largo plazo.
No cogemos todos los linfocitos del paciente, sino un subtipo concreto: los exten de la memoria
–¿De qué costes estamos hablando para este tipo de terapia?
–La terapia disponible comercialmente es un fármaco muy caro que está en torno a los 320.000 euros por paciente. Precisamente por ello el desarrollo de los CAR-T académicos supondrían una ventaja económica, ya que el coste es bastante más reducido. Sea como fuere, a fecha de hoy, la cantidad de pacientes que se pueden beneficiar de estas terapias hace pensar que hay cabida tanto para los CAR-T comerciales como para los académicos.
–¿En qué fase se encuentra su ensayo clínico?
–Todavía está en una fase de desarrollo incipiente para asegurar que el medicamento sea seguro y eficaz antes de poder prescribirlo. Lo estamos aplicando a pacientes con subtipos de linfoma en los que no hay una indicación clara de uso de los CAR-T comerciales.
–¿Cuánto tiempo lleváis con esta investigación?
–Alguno de los investigadores del grupo que tiene responsabilidad directa en toda la producción empezó su proyecto de tesis hace más de diez años. O sea que la semilla se plantó hace mucho tiempo y ahora estamos viendo los brotes verdes. Como suele pasar en ciencia, se necesita realmente un poso muy importante para ir paso a paso y encontrarnos en el punto en el que estamos ahora. Un plan que se impulsa en septiembre de 2019 y que en 2020 ya cuenta con una serie de centros de referencia disponibles para administrar esta terapia de manera regular. Me gustaría incidir en que todo esto está siendo posible gracias a la colaboración de mucha gente y muchas áreas de conocimiento: biomédicos, biólogos, etcétera. Solo así podemos realmente afrontar un reto tan interesante, pero también tan complejo como este.
En España, donde quiera que viva, uno va a tener un centro de referencia en el que se le puede administrar este tratamiento
–¿Y cuántos pacientes han pasado ya él?
–Estamos tratando anualmente a entre 45 y 50 pacientes a los que se les suministra tanto CAR-T comerciales como académicos. Esto pone a nuestro centro a la cabeza en cuanto a actividad a nivel nacional, junto con centros que también tienen una actividad muy importante, como el Clínic de Barcelona o el Hospital Vall d'Hebrón. Pero hay otros centros que están haciendo también un trabajo magnífico y creo que esto supone un mensaje muy importante: que en España, donde quiera que viva, uno va a tener un centro de referencia en el que se le puede administrar este tratamiento, si es que se puede beneficiar de él.
–¿Es España un referente en este tipo de terapias dentro de Europa?
–Los pioneros en este área fueron los americanos en Estados Unidos y muy de cerca, los chinos. Europa se queda un poquito atrás pero estamos avanzando a buen ritmo. Y España, particularmente, creo que ha hecho muy bien los deberes en este área. Realmente siempre ha habido un apoyo importante por parte de las autoridades, tanto nacionales como autonómicas y particularmente por parte de del Instituto de Salud Carlos III, que es quien regula y apoya con fondos de investigación este tipo de procesos.
–¿Cuándo pensáis que podría estar acabado el ensayo?
–Es difícil de predecir, porque hay que ir de manera muy individualizada, caso a caso. Pero creo que va a ir bastante rápido, sobre todo teniendo en cuenta que por ahora, con datos muy preliminares, los datos no pueden ser más esperanzadores, no sólo en términos de eficacia que igualan a lo que está descrito, sino en términos de toxicidad. Nos está sorprendiendo a nosotros mismos el perfil de toxicidad tan excelente que tienen. Así que espero que vayamos bastante rápido.
-¿Hay otros ensayos en marcha?
-A la vuelta del verano pondremos en marcha otro ensayo con CAR-T académicos, también generados en nuestros propios laboratorios, con los que tratar a pacientes con mieloma.